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Después de una semana de pasión para el gobierno Petro -y apocalíptica para Colombia- el ‘Camaleón’ Barreras se convierte en nuestra carta de salvación. Aunque con Petro nada debería sorprendernos, mis premoniciones sobre este Gobierno se están cumpliendo al pie de la letra. Empezamos la semana pasada con una crisis ministerial anunciada. A mitad, vino el asesinato y secuestro de nuestros policías en Caquetá. Y terminamos con las denuncias de la exesposa de Nicolás Petro, exponiendo que a su exsuegro lo eligieron con dinero del narcotráfico. Ahora resulta que todo fue a sus espaldas y que Petro es el adalid que está destapando todo. Tras de ladrón, bufón.
La crisis ministerial era de esperarse. Gaviria lo sabía desde antes de aceptar el cargo. Lo increíble es que todavía hay discípulos suyos que justifican su actuar como un gesto de grandeza con la intención de moderar a Petro y no porque -como buen burócrata- no se resistía a un ministerio. El caso de las otras dos ministras es un poco más diciente con respecto a la realidad que se vive al interior del Pacto Histérico. A la de Cultura la sacaron porque no era del agrado de la Primera Dama, que es quien verdaderamente manda. Y a la segunda -según el propio Gobierno- por corrupción. Estamos frente a la punta del iceberg.
Lo de los policías -a parte de generar un gran dolor de patria- lo que muestra es que el ‘Plan Santos’ para destruir las instituciones ha sido todo un éxito. Ante la humillación de nuestros uniformados, Prada -siguiendo el libreto de La Habana y sin vergüenza alguna- derogó el delito de secuestro denominándolo ‘cerco humanitario’, y graduó a un puñado de secuestradores asesinos de “guardias campesinas”. Ante semejante despropósito, sorprende la falta de solidaridad y liderazgo del Ministro de Defensa, el servilismo del estamento militar y de policía y el silencio cómplice de los antiguos directores de la institución. También preocupa que este Gobierno esté creando grupos paramilitares equivalentes a las milicias bolivarianas poniéndoles el rótulo de campesinos e indígenas defensores de paz, y los autollamados ‘periodistas independientes’, organismos multilaterales, ONGs y defensores de derechos humanos, calladitos.
Y frente a la denuncia de la exesposa del primogénito del Presidente -con WhatsApp en mano- señalando que su ex recibió dineros del Turco Hilsaca y de Santa Lopezsierra -mejor conocido como el hombre Marlboro-, lo que queda comprobado es que estamos frente a un nuevo capítulo del Proceso 8.000. Obviamente recibir dineros oscuros para una campaña se pacta con las personas de máxima confianza del candidato y nunca quedan registrados en la contabilidad de la campaña. Lo que seguramente sí fue a las espaldas del señor Presidente, fue la cantidad de plata que le tumbaron.
Lady D1 debe estar fúrica, la coalición de Gobierno reventada, los narcos exigiendo una rendición de cuentas y aquellos con un gramo de dignidad viendo como abandonan el barco. Y cuando esto suceda, el comandante radicalizará aún más su discurso y sus acciones antidemocráticas.
Por eso como le dijo el Libertador a Rondón en la Batalla del Pantano de Vargas, ¡Roy, salve usted la patria! Necesitamos un burócrata experimentado, con habilidades en malabarismo político, apetito burocrático y ambiciones presidenciales, para frenar este circo.