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Esta semana participaré en un panel en el Foro Regional del International Bar Association- IBA en Cartagena, enfocado en los riesgos que representan el Big Data y la inteligencia artificial (IA) para el mundo empresarial. Aunque ambas son consideradas las tecnologías más disruptivas del momento, nuestra dependencia en ellas nos puede hacer vulnerables. Si bien los avances tecnológicos ofrecen innumerables ventajas en materia de eficiencia, automatización, aprovechamiento del conocimiento y mejor uso del tiempo, es importante tener en cuenta los riesgos que estas nuevas herramientas generan.
La falta de una regulación global y de vigilancia y control en la materia, puede resultar en el uso inadecuado de la información y prestarse para que grupos al margen de la ley aprovechen dichos vacíos. Esto se puede traducir en violaciones a la privacidad, amenazas de ciberseguridad -tipo ‘ransomware’- y daño reputacional, entre otros. La recopilación de grandes cantidades de datos personales de clientes, usuarios, empleados o de terceros, genera una enorme responsabilidad e inversión en seguridad de la información para quien los custodia. Cada vez que bajamos una app, autorizamos cookies en una página en internet o hacemos una consulta o transacción virtual, estamos dejando la puerta abierta. Sea Big Brother, los chinos, Anonymous, Guacamaya Leaks o cualquier otro, cada vez más nos exponemos a filtraciones, hackeos masivos u otro tipo de violaciones de ciberseguridad que pueden terminar por afectar nuestras vidas. La data es hoy, lo que el oro y el dinero eran para los bancos el siglo pasado.
En el tema de IA, uno de los principales riesgos es la capacidad de los algoritmos para tomar decisiones de forma autónoma. Si bien esto puede parecer una ventaja, la falta de transparencia o manipulación en la programación puede llevar a decisiones injustas o incluso peligrosas. Si a esto le sumamos la falta de criterio de los usuarios para validar información y no caer en temas de plagio, el riesgo puede ser mayor. Al final, toda fuente de información es tan buena como su contenido. Si la IA se basa en datos históricos que reflejan prejuicios, discriminación, ‘fake news’ o información tendenciosa, esto puede llegar a ahondar la polarización en nuestras sociedades. La falta de control sobre la IA y su capacidad para aprender y evolucionar de forma autónoma, significa que podría llegar un momento en el que no podamos predecir o controlar sus acciones. Si la IA decide actuar en contra de los intereses de la humanidad, podría llegar a representar una amenaza real para la supervivencia de la raza.
Otro riesgo es la eliminación de empleos. Si bien la automatización puede hacer que algunos trabajos sean más eficientes, también puede reemplazar a los trabajadores en puestos de trabajo repetitivos y rutinarios. Esto puede tener un impacto negativo en la economía y la sociedad en general, especialmente si los trabajadores no están preparados para la transición o no tienen acceso a la formación necesaria para adquirir nuevas habilidades.
Es importante que las empresas y la sociedad en general sean conscientes del riesgo. Si bien ofrecen muchas ventajas, también representan retos significativos que deben abordarse de manera responsable y ética para evitar que Skynet le gane la batalla final a Terminator.
