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ANALISTAS 23/10/2024

El reto con las largas transiciones

Andrés Velasco
Presidente de Asofondos

El primero de julio de 2025 empezará a funcionar el nuevo Sistema de Protección Integral para la Vejez, aprobado por la ley 2381 de julio de 2024. Con este, los trabajadores formales colombianos tendrán la coexistencia de tres regímenes pensionales generales: (1) la población cobijada por las reglas previas a 1994 (Decreto 758 de 1990 y el Acuerdo 049 de 1990); (2) la población cobijada por la Ley 100, que cumpla los requisitos para la transición en el sistema recién aprobado; y (3) la población cobijada totalmente por el nuevo Sistema de Protección integral para la Vejez.

Lo anterior no considera los regímenes especiales y exceptuados que cobijan una población cercana a las 800.000 personas, entre pensionados y trabajadores, principalmente de las Fuerzas Militares y educadores. A partir de la reforma de este año, según lo aprobado por el Congreso, entrarán a engrosar este grupo las poblaciones que resulten elegibles entre pueblos indígenas, las comunidades negras, afrocolombianas, raizales y palenqueras, y campesinas. Solo los campesinos representan el 26% de la fuerza de trabajo en el país.

Para los trabajadores actuales, exceptuando los regímenes especiales, los esquemas relevantes serán el (2) y el (3). Este grupo tiene a las personas que entran en la transición: mujeres que hayan logrado cotizar 750 semanas o más antes del 1 de julio de 2025, y hombres con 900 semanas o más cotizadas, para esa misma fecha, así como los trabajadores que no cumplen las condiciones de semanas cotizadas de la transición quienes harán parte del Sistema de Protección Integral para la Vejez recién aprobado.

Una característica importante de las reformas pensionales en Colombia es que las transiciones son largas, muestra de ello es que aún en 2024 se están pensionando personas bajo el esquema del Decreto 758 de 1990.

Dada la transición aprobada en la reforma pensional del pasado julio, es posible que haya mujeres de menos de 33 años que alcancen a tener las 750 semanas necesarias para hacer parte de la transición. Con lo cual, la última mujer que se pensionará con las reglas de la Ley 100 de 1994, lo haría en 24 años, al final de la década de 2040.

En el caso de los hombres sería lo mismo, por ejemplo, un hombre de 35 años, que haya aportado desde los 18 años, tendría al 1 de julio de 2025, 900 semanas cotizadas y se pensionará en 27 años, en la década de los 2050. Incluso, hay afiliados que empezaron a cotizar antes de los 18 años, así que la transición puede durar mucho más de lo esperado.

Las transiciones largas de los regímenes pensionales generan que coexistan poblaciones con diferentes reglas de juego, con lo cual es difícil informar e informarse, y tomar decisiones a la hora de enfrentar cambios como los que propone la nueva legislación. Pero no solo la duración es un reto, también están los costos fiscales, los retos operativos y las pretensiones legales que se presentarán para tratar de extender esa transición más allá de lo esperado.

Por eso, los actores de esta industria tenemos la tarea y el rol de educar en estos temas para que los colombianos puedan tomar las mejores decisiones sobre su futuro pensional, y todos los espacios que tengamos para este fin, como esta columna, serán fundamentales para ello.

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