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Una empresa, entidad pública o cualquier otro tipo de empleador, siempre debe tener misión y visión, dos conceptos claves para que cada organización se dirija por el camino correcto hacia el cumplimiento de sus objetivos.
La contratación de personal debe al respecto estar enfocada para recibir los aportes, las ideas y las estrategias y muchos otros conceptos intangibles para obtener todo lo que se necesita dentro de la organización y así obtener los objetivos tanto de largo plazo como de corto plazo.
Por tal razón un candidato a una posición cualquiera dentro de una plaza laboral debe actuar como emprendedor, aunque su destino sea ser empleado, porque dentro de una organización debe tener un objetivo para beneficiar a esta bien sea pública o privada.
De esta manera, un empleador debe pensar en lo que un empleado le aporta, mas no en una necesidad de contratar a cualquier persona para que solo reciba órdenes. Una organización que contrata tiene necesidades y quien pueda ser contratado tiene ideas y aportes que pueden cubrir dichos requerimientos con el fin de cumplir las metas.
La deficiencia en el mercado laboral, que quizás es la que más afecte tanto a empleadores como empleados, es que se tiene una cultura en la que se debe emplear en lo que sea solo por sobrevivir, sin importar el ambiente laboral ni lo que reciben las personas en formación, así como tampoco lo que puedan aportar desde sus ideas.
Así, tenemos un mercado de empleados sumisos que solo esperan órdenes y de empleadores que solo se focalizan en que se haga lo que los jefes digan, desechando muchas posibilidades de crecimiento organizacional y solidez.
Un empleado en una empresa se enfrenta a un mismo escenario que el empresario: compite por ganarse su lugar entre los clientes. En su lugar dentro de una entidad pública quien la dirige tiene el mismo panorama que un empleado: la tarea para cumplir con el funcionamiento institucional.
Resumiendo, “todo profesional puede gestionarse como empresa” según Ben Casnocha, autor del libro 'The Start-Up of You' (En español “Su puesta en marcha”) y agregó que el primer paso es crear una red de contactos con el que se apoyen sus motivaciones.
Esto último se aplica tanto para iniciar un negocio como en caso de ser un empleado en donde la misión y la visión están en línea con las ideas profesionales. Análogamente, en una entidad pública, la idea que lleva un dirigente va en el caminó con las motivaciones de los empleados de esta para lograr los resultados institucionales.
Aplicando esta tesis, podemos dejar atrás las diferencias entre emprendedor y empleado tal que sin importar de qué lado esté una u otra persona siempre se tengan acciones emprendedoras con las cuales se impulse el desarrollo social y económico.