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La actual es una crisis sin precedentes para la economía global. Sin embargo, entender sus orígenes, estudiar el impacto sobre los diferentes agentes, y tomar medidas efectivas para hacerle frente será crucial para disminuir el efecto sobre las familias y las empresas.
La crisis de 2008 tuvo un origen financiero con fuerte repercusiones sobre las empresas y las familias. El origen de esta crisis es otro, ya que impacta directamente el ingreso de los hogares y el de las empresas al tomar los gobiernos la decisión de que el aislamiento es la mejor manera de enfrentar el contagio y así evitar el desbordamiento de los sistemas de salud. Este importante choque puede propagarse y amplificarse si no se toman medidas mitigar el impacto sobre el sector financiero.
En las siguientes días veremos un deterioro en las cifras macroeconómicas sin precedente. Sin embargo, estos números no son comparables a episodios de crisis anteriores ya que en este momento el aumento en el desempleo, la caída en los ingresos de los hogares, y las quiebras de las empresas, no se da por las condiciones económicas que prevalecían antes de decretar el aislamiento, si no por al decisión de política de meter al congelador la actividad económica y así prevenir los contagios.
Al estar identificado el origen del choque resulta clave estudiar el impacto sobre la economía. El reto para la política económica es el de servir de puente para que la disminución de los ingresos y las ventas no lleve a despidos que sean definitivos y a que las empresas que eran solventes no vayan a la quiebra.
Para los países emergentes como Colombia, la tarea será mucho mas complicada debido a que no se cuenta con los recursos financieros suficientes para solventar el paro en la actividad económica. Además del choque al disminuir la producción local y la baja en la demanda agregada, la caída en la demanda externa y los ingresos de las exportaciones desaceleran la actividad económica y se da al tiempo un aumento en el riesgo crediticio.
Sin embargo, la buena noticia es que debido a su buen historial crediticio, Colombia cuenta con espacio para aumentar el gasto y hacer frente a la disminución de los ingresos tanto petroleros como tributarios. El mercado de deuda, tanto local como externo, está en capacidad de afrontar el aumento temporal de las necesidades de financiamiento sin impactar la calificación crediticia siempre y cuándo las autoridades económicas sean capaces de delinear con precisión una estrategia para normalizar la situación una vez se vea superada la crisis. La transparencia en el use de los recursos y su eficacia también será clave para disminuir la presión sobre la calificación crediticia. Es por esto que los participantes y analistas del mercado esperamos que los cantos de sirena que llaman a tirar por la borda las bien ganada reputación de respuestas ortodoxas frente a episodios de crisis sigan cayendo en oídos sordos.
La tarea es ardua y requerirá de mucha imaginación para con recursos escasos poder disminuir el impacto de esta crisis sobre las familias colombianas. Sin embargo, el apego a los equilibrios macroeconómicos, condición que Colombia ha mantenido en diferentes episodios y reconocida internacionalmente , una vez mas permitirá sobrellevar esta CoronaCrisis.