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La Superintendencia de Sociedades es una entidad que ejerce funciones de inspección, vigilancia y control a las sociedades mercantiles. Por esta razón puede ocurrir que en el contexto empresarial se asocie su misión principalmente con la toma de acciones correctivas y sancionatorias, y no tanto con la realización de actividades de promoción, salvaguarda, ayuda y soporte al empresariado. Por este motivo, desde la actual administración hemos hecho importantes esfuerzos para destacar el valor integral de la vigilancia y buscar velar por la sostenibilidad del tejido empresarial, su capital humano, su potencial de desarrollo y su sano devenir.
Según lo dispuesto por la Ley 222 de 1995, “la vigilancia consiste, en términos generales, en la atribución para velar porque las sociedades no sometidas a la vigilancia de otras superintendencias, en su formación y funcionamiento y en el desarrollo de su objeto social se ajusten a la ley y a los estatutos”. Desde el enfoque actual de la Superintendencia de Sociedades son piezas claves para el logro de este propósito la educación permanente, la negociación y el relacionamiento abierto, franco y accesible.
Un ejemplo de lo anterior fue la “Muestra Empresarial de Promoción de Empresas en Reactivación Económica”, llevada a cabo el pasado miércoles 6 de julio bajo el liderazgo de la Superintendencia de Sociedades, con el respaldo del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, Confecámaras, la Cámara de Comercio de Bogotá, Fiducoldex e Invest in Bogotá. Esta actividad permitió a 23 empresas en proceso de insolvencia entrar en diálogo con inversionistas nacionales y extranjeros, partiendo de un proceso de formación y viviendo posteriormente una jornada abierta de relacionamiento generando esperanza y confianza a los empresarios con el propósito último y único de conservar y aumentar empleos, mantener los capitales societarios y fortalecer los pilares básicos de una economía al servicio de la gente.
Vano sería el esfuerzo de esta Superintendencia si su misión erra en la promoción de la armonía empresarial y su desarrollo sostenible dentro de un marco jurídico con herramientas, susceptibles de mejorar, pero razonablemente suficientes para ser de las empresas un soporte y no un yugo vigilante.
Es de notar y destacar que las externalidades económicas que vive nuestro país, y que no son ajenas al mundo entero, han llevado a muchas sociedades mercantiles a situaciones de reorganización y liquidación. La pandemia que aún nos golpea, la inflación mundial, las fluctuaciones en las tasas de interés y en la balanza de pagos, las asimetrías en el acceso a créditos y ayudas financieras de variopinto origen, por mencionar algunas, son causa de nuestra intervención en ejercicio de las funciones constitucionales y legales de la Superintendencia.
Mi interés como líder de la Entidad, como líder de lo que me ha dado en llamar la clínica de las empresas, es lograr que los equipos de la Institución se focalicen en facilitar la sostenibilidad de las empresas, teniendo como punto de partida la confianza en el empresariado colombiano y logrando a través de la cercanía y la formación permanente facilitar su posicionamiento, innovación y el éxito de sus modelos de negocio.
Adicionalmente seguiremos trabajando en asuntos relacionados con la formalización del trabajo, la legalidad, la inclusión, el enfoque de género y la responsabilidad social, pensando siempre en aportar al logro de los objetivos de desarrollo sostenible, lo cual es un compromiso del país con la agenda mundial y en particular con instituciones como la Organización de Naciones Unidas y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde).