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En medio de la incertidumbre de nuestros tiempos, surge un potencial brillante: la determinación de nuestra juventud colombiana. A pesar de los momentos oscuros, esta luz persiste, ofreciendo una señal de esperanza y una ruta hacia el futuro. Esta luz brilló intensamente durante el reciente Líder Lab de Libertank en Cali, un espacio transformador que congregó a 31 jóvenes audaces y visionarios.
En Colombia, algunos se han acostumbrado a ser muy duros con los jóvenes, a los que llaman “la generación de cristal”. Sin embargo, la verdad es que estos jóvenes representan todo lo contrario. Estamos viendo surgir una nueva generación de colombianos listos para aprender de sus mayores, dispuestos a corregir los errores cometidos en el pasado y, lo más importante, a asumir el liderazgo valiente que nuestro país reclama a gritos.
Se trata de un liderazgo que se dedica a construir, que se enfoca en relaciones donde todos ganan y que se aleja del juego político de suma cero. Esta es una generación que muestra poco interés en las batallas políticas del pasado, y que está enfocada en construir un futuro más próspero, en generar más oportunidades y en vivir en un país mejor. A pesar de los desafíos, hay motivos para tener esperanza.
A lo largo de cuatro días intensos, estos jóvenes, provenientes de distintos orígenes y ciudades, se sumergieron en un proceso transformador que les hizo ver el éxito. Descubrieron que para lograrlo deben convertirse en luchadores, tomar las riendas de su vida, ser responsables de ella y, lo más importante, esforzarse por alcanzar la mejor versión de sí mismos, una meta que solo puede lograrse al transitar el sendero de la libertad.
Durante el Líder Lab, los jóvenes descubrieron la importancia de la libertad económica, los mercados libres y los verdaderos empresarios en la creación de oportunidades y en la ruta hacia el éxito. Sin empresas, sin comercio, sin intercambio, no hay avance. Sin la capacidad de ser creativos, nos convertimos en una sociedad estancada. Los grandes retos de la humanidad solo serán superados si permitimos que las personas cooperen libre y voluntariamente para encontrar soluciones innovadoras.
Los jóvenes fueron desafiados a construir el país de sus sueños: un país de oportunidades, generación de riqueza y esperanza. Comprendimos que el sueño de prosperidad y éxito no es exclusivo de otros países más desarrollados. En Colombia, también podemos hacerlo realidad, pero para lograrlo necesitamos una revolución de luchadores, de personas dispuestas a tomar las riendas de sus vidas y a levantarse cada día con el propósito de ser su mejor versión.
En Libertank, llevamos en nuestros corazones una carga de esperanza. Los gobiernos van y vienen, los políticos cambian, pero el espíritu de progreso de los colombianos perdura en el tiempo. No podemos permitir que los juegos políticos nos roben la capacidad de soñar y construir un futuro mejor.
Cerramos el primer Líder Lab de este año en Cali, y desde ya nos preparamos para el próximo en Barranquilla en julio. Estamos trabajando sin descanso para crear en Colombia una revolución de luchadores, una nueva generación de colombianos posibilistas, dispuestos a hacer que las cosas pasen y a dejar Colombia mejor de lo que la encontramos. No subestimemos el poder que tiene una nueva generación dispuesta a soñar en grande y a luchar por lo que cree. Colombia tiene futuro.