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El Covid-19 es una tragedia que a la fecha de escribir esta columna lleva más de 416.916 infectados y 18.565 muertes, siendo la peor pandemia desde la gripa española de 1918. Pero aparte de reflexiones sociales y psicológicas también salen a relucir oportunidades que debemos aprovechar. El dicho de que de cada crisis sale una oportunidad no es en vano y un pequeño ejemplo fue el despegue de Alibaba en China por el Sars.
Una primera oportunidad como lo ha mencionado la representante Catalina Ortiz, es el teletrabajo, ¿cuántas personas no pierden dos y hasta cuatro horas al día desplazándose a sus trabajos? Este tiempo lo pueden aprovechar para ser más productivos, pasar más tiempo con su familia, tener tiempo para dedicarle a sus hobbies, entre otros, lo cual mejora la calidad de vida sustancialmente. Hoy en día el teletrabajo es posible gracias a las autopistas de fibra óptica y a todas las herramientas de conectividad que hacen que no importe desde donde uno trabaje.
La digitalización de trámites y servicios gubernamentales es otra oportunidad. En la primera semana de cuarentena, tuve que salir hacer un trámite notarial para autenticar mi firma, algo que debería poder hacer desde mi casa con solo mi huella o mi retina. En cambio, me tocó disfrazarme y prácticamente ponerme un tajé biológico para que un notario valide que efectivamente yo era el que estaba firmando. Este es uno de cientos de trámites que el gobierno puede digitalizar.
La siguiente oportunidad es la bancarización de los informales. El Gobierno anunció medidas para dar subsidios a los más vulnerables y las billeteras virtuales como Daviplata, las cuales uno ni siquiera necesita un teléfono inteligente para abrir una cuenta, son los instrumentos idóneos para hacer llegar fondos a estas personas.
Además, las personas que iban a un banco a pagar cuentas, ahora aprenderán a pagar online y así evitar contagios. En la medida en que ciertos pagos solo se puedan hacer a través de transacciones online, más gente usará el sistema y se formalizará más la economía.
A mucha gente le gusta ir a una tienda, medirse la ropa, escuchar opciones del vendedor, pero como todo está restringido en la pandemia es la oportunidad para que las personas vivan una experiencia de compra no presencial y el e-commerce se dispare. Este es el momento para que Linio, Dafiti, Mercado Libre, entre otros, demuestren a la gente que comprar online es fácil y conveniente.
Los domicilios de mercado y comida preparada vienen creciendo a tasas muy altas los últimos años, por ejemplo, iFood reporta un crecimiento de 150% frente a 2019, lo que nos pone optimistas frente al desarrollo del sector. Esperemos que en las próximas semanas más gente pruebe la conveniencia de pedir comida a domicilio por un app y apoyen a los restaurantes locales que encuentran en el delivery su única fuente de ingresos hoy.
La educación también tiene una oportunidad para reinventarse. Los colegios y universidades están teniendo que sesionar de manera virtual, y son también muchos los cursos gratuitos que miles de instituciones educativas están ofreciendo. Mientras en Colombia protestamos por la calidad de la educación pública, podemos tener una gratuita con cobertura universal y de la más alta calidad a través de internet.
El Covid-19 ha dejado muchas reflexiones acerca de mi vida personal y ha sido muy desafortunado tener a más de medio millón de infectados, pero ojalá como país podamos sacar provecho y avanzar en ciertas áreas como China lo hizo con el e-commerce en la crisis del Sars del 2002.