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Para superar los grandes desafíos que enfrentamos como región, caleños y vallecaucanos debemos asimilar que nuestra realidad socioeconómica ha evolucionado de forma especial. Cali llegó a ser la tercera ciudad del país a través de un gran proceso migratorio que forjó nuestra identidad.
El Valle registra la segunda tasa de urbanización más alta del país y, además de Cali, cuenta con ocho ciudades de más de 100.000 habitantes, como Palmira y Buenaventura, con población mayor a la de varias capitales. Nuestra ubicación privilegiada nos conecta a un océano de oportunidades y al litoral pacífico, una de las regiones más pobres de Colombia.
Tenemos apenas 111 años como departamento y nuestro origen está ligado al Cauca, escenario de diversos conflictos históricos. La presencia de más de 240 empresas de capital extranjero facilita el contacto permanente con personas de otros países. Además, contamos con importantes comunidades como la judía, árabe, chilena y japonesa y tenemos la mayor población afro del país. Somos un crisol de culturas que debemos reconocer y celebrar.
Somos 5 millones de personas con aspiraciones y sueños, con ganas de progresar y entregarles mejores oportunidades a nuestras familias. Como varios países y regiones, uno de los grandes desafíos de liderazgo que debemos asumir en la actualidad es lograr conectar esas aspiraciones y sueños con el modelo de desarrollo soportado en la libre empresa y la economía de mercado. Solo así podremos alcanzar un mejor futuro y debemos hacerlo apalancados en nuestra diversidad.
Somos muy afortunados, pues gracias a la visión y esfuerzo de varias generaciones hemos llegado a ser la tercera economía más importante de Colombia. Hoy, contamos con la estructura empresarial más diversificada y sofisticada del país, soportada en varios clústeres, conformados por miles de empresas de todos los tamaños, que son motor de crecimiento y desarrollo. Somos los mayores productores y exportadores agrícolas y agroindustriales y, junto al norte del Cauca, somos los segundos productores manufactureros. Nuestra infraestructura vial, portuaria y aeroportuaria es envidiada por otras regiones.
Estas ventajas competitivas han atraído a compañías nacionales y extranjeras que han ubicado aquí sus plantas de producción y centros de distribución. Debemos buscar que muchas de esas empresas ubiquen aquí también sus oficinas principales, como ya lo hacen viarias de ellas, contribuyendo a consolidar una visión global de desarrollo.
Cali debe asumir su rol de liderazgo en el Valle y el suroccidente, coordinando esfuerzos para que otras ciudades y departamentos se desarrollen de forma más homogénea. Para esto, es fundamental impulsar el trabajo de gremios, cámaras de comercio, Invest Pacific, ProPacífico, el Bureau de Turismo y Reddi, la Agencia de Desarrollo Tecnológico.
Enfrentamos grandes desafíos, pero no debemos esperar o añorar mesías que nos guíen al paraíso. Todos debemos asumir diariamente la responsabilidad de contribuir a la construcción de un mejor futuro, entendiendo que un buen lugar para invertir debe ser un buen lugar para crecer y vivir. Los líderes regionales deben trabajar intensamente para que nuestros jóvenes aspiren a vivir aquí, pues una región exitosa forma, atrae y retiene el mejor talento.
Debemos afrontar este momento histórico con optimismo, que es, como señaló Winston Churchill, la característica de quienes ven en cada dificultad una oportunidad. Si tomamos decisiones acertadas, podremos consolidarnos como la región más competitiva del pacífico latinoamericano. Seamos Un Valle Que Se Atreve.