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Analistas 18/01/2020

Ciclismo, el hijo bobo pero exitoso

Carlos Ballesteros García
Gerente de Bike House
Carlos Ballesteros

Si algunos políticos, por no decir la mayoría son adictos a celebrar los triunfos ajenos como propios, ni qué decir de los medios de comunicación en Colombia.

Da tristeza ver y escuchar cómo muchos llamados comunicadores no tienen ni idea de lo que significa hacer parte de la cobertura del ciclismo. Pero como hay tantos nuevos ídolos del pedal, pues a cubrir lo que es noticia, porque está de moda y genera más rating, ya que eso, en últimas, es lo que cuenta.

Hace menos de 15 años cuando no había muchas figuras de talla internacional en el ciclismo nacional, eran muy pocos los medios de comunicación que le daban espacio a este gran deporte.

Pero, a contrapié, hace más de 40 años, asistir a una Vuelta a Colombia era realmente una locura. Sin distinción de raza, edad o estrato social la fiesta era para el pueblo. Con menos tecnología, las grandes cadenas de radio transmitían en sus transmóviles a todo timbal etapa por etapa. En las tiendas de barrio y en los hogares de cada pueblo había fiesta con el paso de la caravana ciclística por las recónditas carreteras del país.

En aquel entonces sí había ídolos. Estrellas de la talla de Lucho, Parra, Patrocino y Niño. Y ni qué decir de los míticos periodistas como don Julio Arrastía, Carlos Arturo Rueda y Alberto Piedrahíta, para citar algunos. Hoy son pocos los que quedan en actividad y entre ellos están Héctor Urrego, Fernando Piolín Calle, Aicardo Torres, Jairo Chávez, Édgar Pegatina Montoya, Rubén Darío Arcila, Alfredo Castro, Anselmo Chemo Quiroz, Lucho Escobar y Héctor Palau, entre otros. Ellos hacen parte de una generación en la que la radio no les dio el brillo que se merecían, dados sus conocimientos y experiencia.

Pero como algunas de las grandes cadenas no apoyan el ciclismo como debería ser, ya no brillan como antes los nuevos periodistas. Es que la mayoría no nacieron del y por el ciclismo, sino que son profesionales del fútbol con adaptaciones para el deporte de las bielas. Es decir, lo que gira son balones de fútbol con ruedas auxiliares de bicicletas.

Personalmente me tocó ser testigo de cómo los pocos nuevos comunicadores especializados en el ciclismo de los años 90, les tocó por obligación pasarse a cubrir el balompié, porque el ciclismo no era rentable. Y los pocos que aguantaron, o que están jubilados o ad portas de terminar su carrera, enfrentan la dura realidad de que sus salarios están muy por debajo del periodismo especializado en fútbol. Ahí quedan como testimonio los casos de los tempranamente retirados y poco aprovechados por los medios ciclísticos, como César Augusto Tobón y Pablo Arbeláez, entre otros.

Y a todo esto le debemos agregar un elemento adicional: el fenómeno de la importación de grandes periodistas de otros países como mi amigo Mario Sábato o la destacada Georgina Ruiz Sandoval, para darle más alegría a las competencias del país, cuando Colombia debería ser por antonomasia, no solo la cuna de nuevos ciclistas sino de grandes periodistas como en antaño.

Si el ciclismo ha sido el deporte bandera de Colombia que ha ganado las tres grandes competencias por etapas del mundo, me pregunto, entonces ¿por qué razón en la televisión no existe ningún programa nacional especializado en ciclismo? ¿Por qué otros deportes como el fútbol, del cual soy un fanático a morir, tienen programas dedicados exclusivamente a este bello deporte?
Otro de los tantos lamentos, es apreciar la dura realidad que afrontan la mayoría de eventos de ciclismo para jóvenes, los cuales pasan casi que desapercibidos para la prensa y la televisión. Eso sí, cuando uno de estos muchachos comienza a figurar, ahí están los medios en directo desde la carrera, en la casa natal con su papá, mamá, abuelos, tíos y hasta ponen a ladrar a las mascotas como primicia.

Los medios de comunicación, y deben pensarlo a fondo, tienen una responsabilidad social muy grande frente al deporte. Porque si no respaldan los eventos juveniles y no les brindan espacios importantes en sus noticieros y programas, la empresa privada nunca va a apoyar decididamente a los nuevos talentos. Y si a esto le sumamos que los entes federados organizan las competencias en los lugares donde sí exista apoyo económico, pues para los medios de comunicación les será más complicado estar debido a lo costoso de la cobertura.

Razón tienen algunos de los ídolos nacionales al asegurar que solo reconocen sus esfuerzos y berraquera cuando muestran brillo en el exterior, porque cuando eran desconocidos muy pocas personas les ayudaron. ¿Será que nos va a tocar jugar fútbol en bicicleta para que algunos medios de comunicación cubran el ciclismo como se lo merece? Y al que le caiga el guante...

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