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Vuelve y juega, la alcaldesa Claudia López presentó ante el Concejo de Bogotá un nuevo proyecto en donde solicita un cupo de endeudamiento por $5,8 billones que, de ser aprobado llegaría a romper la cifra histórica de endeudamiento en Bogotá con más de $16 billones en solo dos años y medio.
El primer cupo de endeudamiento solicitado por Claudia López se aprobó en el primer año de su mandato por $10,8 billones, y ya para ese entonces advertí sobre el riesgo fiscal que implicaba la vocación desaforada hacia el endeudamiento, y pese a que la Alcaldía prometió que no se haría efectivo el cupo si no era estrictamente necesario, como ya es costumbre, nuevamente incumple sus promesas e incurre en deuda tras deuda.
En repetidas oportunidades insistí que era inconveniente para la ciudad comprometer la estabilidad fiscal, no solo para ejecutar proyectos sin justificación ni estudios, como el Transmilenio por la Séptima (hoy rebautizado Corredor Verde), sino también por el costo de la deuda. Para 2022 se presupuestaron $582.500 millones para cubrir el endeudamiento actual y solo 43% corresponde a amortizaciones, es decir, más de $332.000 millones se destinan a pagar los intereses y las comisiones de la deuda.
Frente al aumento del índice de la deuda, la administración asegura que no se han superado los topes máximos permitidos por la norma, sin embargo esto se traduce en proyectar sobre el escenario más desfavorable. Aquí lo único cierto es que el índice de endeudamiento se ha venido acelerando exponencialmente desde el inicio de esta administración. Entre 2020 y 2021 se duplicó con respecto al 2018 y en los tres primeros meses de este año, la velocidad es de 4 puntos porcentuales con respecto al año anterior.
Claudia López demuestra una vez más su falta de planeación y una completa irresponsabilidad con las finanzas de la ciudad. No solo por la enorme deuda que está dejando a la Capital, sino por la falta de ejecución de los proyectos que se supone que justifican la deuda.
El proyecto presentado por la alcaldesa pretende destinar $2.8 billones de pesos a lo que hoy la alcaldesa llama segunda línea de Metro de Bogotá, eso mismo que en campaña llamaba “completar el medio Metro de Peñalosa”. Hoy no hay ninguna certeza sobre ese proyecto, no sólo porque la Primera Línea de Metro apenas alcanza 63,8% de los estudios de ingeniería de detalle, sino también porque la estructuración de la segunda línea no se ha terminado y aún falta bastante para conocer la verdadera naturaleza del proyecto.
¿Qué busca la alcaldesa con este cupo? En mi opinión no es más que una maniobra política, seguramente lo necesita con urgencia para cocinar, una vez más, un documento Conpes con su nuevo mejor amigo, lván Duque, quien a pesar de las supuestas diferencias políticas ha sido aliado número uno de López.
Antanas Mockus decía que los recursos públicos son sagrados, y aunque la Alcaldesa usó su imagen para quedar electa, parece estar dispuesta a sacrificar la seguridad fiscal del Distrito para sus intereses políticos en la larga carrera al Palacio de Nariño.