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Analistas 09/10/2024

Inversión social no frena el aumento de los Ninis

Carlos David Alape Gamez
Economista y estudiante de Administración Pública Esap

La economía colombiana enfrenta un panorama desafiante, con tasas de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) por debajo de 1% interanual, desde el segundo trimestre de 2023 hasta el primer trimestre del siguiente año. A esto se suma un aumento en la tasa de desocupación, que pasó de 9,3% a 9,7% en 2024. Estas cifras no solo evidencian un bajo desempeño económico, sino que plantean la pregunta clave: ¿qué ha hecho el gobierno nacional para mitigar esta situación?

Aunque el gobierno ha adoptado una política fiscal expansiva, con énfasis en programas de inversión social, especialmente en los sectores de educación y salud, estos esfuerzos no han sido suficientes. Prueba de ello es el preocupante incremento en la población joven que no estudia ni trabaja (Ninis), alcanzando 14% en 2023, lo que se traduce en cerca de 2,6 millones de colombianos en esta condición al cierre del último trimestre de ese año.

De acuerdo con esto, el Gobierno Nacional ha priorizado la inversión en los sectores de educación y salud, comprometiendo recursos significativos del Presupuesto General de la Nación (PGN). Hasta septiembre de 2024, el Ministerio de Hacienda comprometió $331,9 billones, equivalentes a 65,9% del Presupuesto General de la Nación. De esta cantidad, se obligaron $284,4 billones (56,5%) y se pagaron $282,6 billones (56,1%).

Además, el rezago presupuestal de 2023, de $35,8 billones, está en proceso de pago, habiéndose desembolsado $22,9 billones (63,9%). En cuanto a las apropiaciones definitivas de funcionamiento, que ascienden a $308,9 billones, se comprometió 64,8%, se obligó 60,3% y se pagó 60% del total. Los sectores con mayor ejecución fueron educación, salud, defensa, hacienda y trabajo. Sin embargo, la ejecución del gasto sin servicio de la deuda fue inferior al promedio histórico, situándose en 54,2%, 5 puntos por debajo del promedio de 2000-2023 (59,2%).

Por otro lado, los Ninis (jóvenes que no estudian ni trabajan) se han convertido en una preocupación central de política pública en países desarrollados, debido al impacto generacional que esta población representa a mediano y largo plazo. En el caso de Colombia, la situación es aún más crítica, ya que no se ha implementado una política efectiva que promueva la inclusión e incorporación de estos jóvenes en el ámbito educativo o laboral.

Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), en 2021, 59 % de los Ninis vivía en situación de pobreza monetaria, y 24% enfrentaba condiciones de pobreza extrema. Además, existe una marcada disparidad de género, donde las mujeres representan 75,8 % de los Ninis, mientras que los hombres constituyen 23,9 %.

La evidencia del Dane también muestra que, en el último trimestre de 2023, 27,9% de los Ninis tenía entre 17 y 19 años, lo que subraya el impacto de esta situación en una fuerza laboral joven que debería estar a punto de ingresar al mercado laboral. Este costo generacional afecta no solo la estabilidad económica, sino también la viabilidad de sistemas clave como el de salud y protección social, en particular el sistema pensional, que depende de una base laboral sólida y creciente.

A pesar de los esfuerzos del gobierno colombiano en términos de inversión social en educación y salud, que han sido respaldados con significativos compromisos presupuestales, la problemática de los Ninis en el mercado laboral y en el sector educativo sigue en aumento. Esta tendencia refleja que, aunque la política fiscal expansiva ha dirigido recursos a sectores clave, no ha sido suficiente para revertir el crecimiento de esta población.

El incremento de los Ninis no solo agrava la situación socioeconómica actual, sino que también genera un alto costo generacional a mediano y largo plazo. De no adoptarse medidas efectivas hoy, la viabilidad de sistemas como el de salud, pensiones y protección social estará en riesgo, ya que dependen de una base laboral estable y creciente.

Esto pone de relieve la urgencia de implementar políticas públicas que integren a los jóvenes en la educación superior de calidad y el mercado laboral, el cual es cada vez más agresivo. Hacer esto podría evitar un impacto aún mayor en el futuro económico del país y en la vida de millones de jóvenes colombianos que, siendo Ninis, viven en situaciones de pobreza moderada y extrema.

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