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El repentino nombramiento de Luis Carlos Reyes, exdirector de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales, Dian, como ministro de Comercio en reemplazo de Germán Umaña, ha dejado en evidencia la necesidad del gobierno nacional de apaciguar las tensiones entre las instituciones y sus funcionarios. Estos no están satisfechos con la gestión encabezada por los funcionarios nombrados por el presidente Gustavo Petro. No es sorprendente, entonces, que el pasado 28 de mayo, más de 154 funcionarios provisionales de la Dian, quienes fueron removidos de sus cargos, se movilizaran para expresar su inconformismo frente al tratamiento que la entidad les dio en su desvinculación y la ineficiente recaudación de impuestos que ha tenido esta unidad administrativa especial durante el primer trimestre de 2024.
A pesar de esto, el ahora ministro Reyes ha mencionado en repetidas ocasiones que tras su salida de la Dian, esta queda más sólida que nunca. Sin embargo, no ha considerado la situación laboral de los funcionarios con más de 18 años de servicio que fueron removidos, ni la precaria recaudación de impuestos del primer trimestre del año en curso, lo que aumenta la probabilidad de que el gobierno incumpla la regla fiscal. Por esto, analizar si la Dian quedó realmente más sólida es clave.
Para estudiar este aspecto, acudimos al Índice de Desempeño Institucional, una medida calibrada por el Departamento Administrativo de la Función Pública que evalúa, en un rango de 0 a 100 puntos, alrededor de 19 aspectos que se aproximan a lo que sería un desempeño eficiente y eficaz de las instituciones. Esta medida es esencial para afirmar si la Dian quedó tan sólida tras la salida de Reyes y qué se puede esperar en términos de desempeño para el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo.
En términos generales, al cierre de 2022, la entidad obtuvo una puntuación de 86,3, lo que sugiere un buen desempeño, ya que está a solo 13,7 puntos del máximo posible. Sin embargo, si se observan algunas dimensiones específicas, como servicios ciudadanos digitales (29,2), planeación de la gestión del conocimiento y la innovación (40), generación y producción del conocimiento (40,6) y la gestión del conocimiento (59,2), se revelan áreas con un desempeño deficiente.
El argumento de que la Dian queda más sólida tras la salida de Luis Carlos Reyes no se sostiene al considerar varios factores críticos. La desvinculación de más de 154 funcionarios provisionales con una larga trayectoria dentro de la entidad representa una pérdida significativa de experiencia y conocimiento institucional. Además, las bajas puntuaciones en dimensiones clave del Índice de Desempeño Institucional destacan serios problemas estructurales. La puntuación de 29,2 en servicios ciudadanos digitales revela una insuficiencia grave en la capacidad de la Dian para adaptarse a las demandas tecnológicas actuales, lo que es fundamental para la eficiencia y transparencia en la gestión tributaria. La planeación de la gestión del conocimiento y la innovación, con una puntuación de 40, evidencia una falta de estrategias efectivas para fomentar la innovación y mejorar los procesos internos. La generación y producción del conocimiento (40,6) y la gestión del conocimiento (59,2) reflejan una debilidad en la creación y utilización de información crucial para la toma de decisiones. Estos aspectos son esenciales para la modernización y eficiencia de la entidad, y su bajo desempeño indica que la Dian enfrenta desafíos significativos que no pueden ser ignorados.
Ante esta situación, surge una pregunta crucial que abre el debate: ¿Está el gobierno enfocándose en las estrategias adecuadas para fortalecer sus instituciones clave, o las decisiones tomadas están, en realidad, minando su eficiencia y capacidad operativa a largo plazo? Este cuestionamiento invita a un análisis más profundo sobre la sostenibilidad de las políticas actuales y su impacto en la eficiencia institucional. Además, plantea la necesidad de revisar y mejorar las estrategias de innovación y gestión del conocimiento para asegurar que la Dian y otras instituciones gubernamentales puedan cumplir con sus objetivos de manera efectiva y adaptarse a un entorno en constante cambio.