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La reactivación completa y sostenida de todas las actividades económicas ya no da espera. El Plan Nacional de Vacunación (PNV) avanza a buen paso y cumple a cabalidad con los objetivos de aplicación de dosis diarias. Llegados a este punto del manejo de la pandemia, todos los esfuerzos deben concentrarse en dar impulso a los sectores más afectados y los que más potencial de generación de empleo tienen. No es momento de echar para atrás. Los buenos resultados que mostró la economía del país, en el primer trimestre de 2021, confirman que la actividad productiva en general responde de manera inmediata a los estímulos y que se puede convivir con el virus, siempre y cuando las medidas de bioseguridad y autocuidado se cumplan. Por eso preocupa que, de acuerdo con las últimas noticias, se esté evaluando, una vez más, la posibilidad de nuevas medidas restrictivas, como toques de queda nocturnos y pico y cédula.
En el primer trimestre del año, las actividades de mayor crecimiento fueron las artísticas, de entretenimiento y recreación, que comprenden el consumo cultural, el movimiento en restaurantes, bares, entre otros. Eso, sin duda, se vio reflejado en la generación de empleo por cuenta del sector que, en el trimestre móvil febrero abril 2021, representó aproximadamente 8% del empleo total. Además, es importante mencionar que los ocupados del sector son sobre todo jóvenes y mujeres. Este tipo de actividades respondieron muy bien a la reapertura y podrían estar en cabeza de mejores perspectivas de crecimiento para el país. Recordemos que, en el momento más complejo de la pandemia, el sector de restaurantes, por ejemplo, llegó a perder alrededor de 169.000 empleos y más de 22.000 establecimientos cerraron de forma definitiva. Todas las cifras hablan de una capacidad de recuperación notable, con respecto a otros sectores, que hay que favorecer.
Ahora, la situación que enfrentan los bares, gastrobares y restaurantes ya es frágil en este momento, no sólo deben operar a media marcha, también son los más afectados por los toques de queda nocturnos y leyes secas. Por eso, las medidas restrictivas que se han vuelto a poner sobre la mesa en los últimos días golpean directamente la evolución del sector y la generación de empleo que tanto necesita el país. Son todas actividades que naturalmente tienen mayor movimiento en horario nocturno y necesitan de más flujo de personas. Además, otro factor que es importante tener en cuenta es que muchos de estos establecimientos funcionan con compra de insumos perecederos y que se apalancan sobre la deuda con proveedores. Cambiar las reglas de juego de un momento para otro puede dañar toda la cadena de suministros y pagos y puede significar el cierre definitivo de operaciones de muchos establecimientos que, con mucho esfuerzo y dedicación, han logrado mantenerse en pie.
Por otra parte, los seres humanos necesitamos de espacios de socialización y entretenimiento, las restricciones en esa vía, después de más de un año y medio de lugares de encuentro a los que no se les ha permitido operar con regularidad, pueden abrir la puerta a fiestas clandestinas y al comercio ilegal de licor, por ejemplo. Para nadie es un secreto que las prohibiciones de acceso a canales de venta formal durante la emergencia se tradujeron en un crecimiento del negocio ilícito de bebidas alcohólicas. De acuerdo con cifras de Euromonitor International, el comercio ilícito subió 9,7 % en América Latina durante la pandemia.
El llamado en general es a que los gobiernos locales no vuelvan a implementar medidas que puedan amenazar el avance que acompañó al primer trimestre del año en materia productiva, sobre todo en actividades como las de entretenimiento, que tienen el potencial de generar empleo en las poblaciones más golpeadas por los efectos de la pandemia y de jalonar a la economía del país. Es el momento de materializar todas las estrategias para que la reactivación sea sostenible en todos los sectores de la economía. Ya fue suficiente de pérdida de empleo y de ingresos de los hogares por causa de las restricciones.