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No son muchos los que consideran el valor real de los comentarios de los mercados, que no es solo para el mercadeo, por pensar y estar convencidos de que la realidad es única, desconociendo que cada ser humano vive la suya, que no es otra cosa que la percepción que cada quien tiene de todos y de todo. Por eso Trout y Ries definieron la Ley IV de las 22 Inmutables del marketing en los años 80 como Ley de la Percepción.
Las estadísticas y la realidad han demostrado que lo que opina la gente tiene un alto significado y un decisivo poder de influencia sobre el proceso de toma de decisiones de todas las personas, aún sobre las desconocidas.
La pérdida de credibilidad que ha venido teniendo la actividad comunicacional en general, y la del mercadeo en especial, no solo por lo confusas y falta de contenido, sino también, y muy triste, por ser engañosas, han ocasionado que el poder del comentario de los demás sea cada vez más importante, siendo ello algo que siempre ha sido muy fuerte, pero que hace unos años comenzó a considerarse como algo de mucho significado, habiendo sido tema de varios libros como los de Jerry Wilson (Word of Mouth Marketing) y Emanuel Rosen (The Anatomy of Buzz), desde la última década del siglo pasado. En parte por ello aparecieron los llamados influenciadores.
Según algunos analistas y quienes cuantifican variables, los comentarios de la gente alcanzan una influencia mayor de 60% en las decisiones de la gente, indicando que en algunas categorías alcanza a ser mayor de 85%.
Lo que dicen los demás, sobre todo en redes sociales es cada vez más influyente en las decisiones de las personas. Y si los comentarios son hechos por personas de alta credibilidad e influencia en la sociedad, con mayor razón. Mucho más si va con una firma responsable.
Los testimoniales en las comunicaciones mercadológicas han sido de mucha fuerza. Desafortunadamente son cada vez más los casos en los cuales personas de influencia se prestan para publicidad negra, falsear realidades, y hacer más confusos los mensajes. Pero, si no estuviera ocurriendo lo que está sucediendo, esa publicidad con testimonios, sobre todo con ciertas personas, sería de muchísima efectividad y las cosas serían diferentes.
El llamado marketing viral se ha fundamentado en la difusión de los comentarios de la gente. Hay que recordar que los negativos tienen más fuerza que los positivos, más del doble, y que en situaciones como las que vivimos lo negativo se está difundiendo cada vez más rápido y, desafortunadamente hasta con sevicia, que hace más mal que otra cosas.
Los científicos y analistas del comportamiento del consumidor han manifestado que, con los sistemas educativos que existen en la actualidad, inculcando y enfatizando derechos antes que deberes, sumado al incremento de los índices de inseguridad y violencia, por mencionar algunos, la resultante no es otra cosa que un mayor nivel de negatividad en las personas, que hace que los comentarios negativos sean mucho más en cantidad que los positivos, y aumenten los índices de desconfianza, además de impulsar la difusión de lo malo por encima de lo bueno. Lo neutro no pesa, ¡ni se comenta! Y, como si fuera poco, las opiniones son subjetivas y hasta circunstanciales. Por eso, hay que tener cuidado y valorar con los comentarios para responder cuando es necesario.