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Analistas 22/03/2025

La ausencia de mercadeo

Carlos Fernando Villa Gómez
Consultor de Mercadeo
La República Más

Las circunstancias y los hechos que estamos viviendo, tanto en lo público como en lo privado, pero especialmente en el primero, sirven para corroborar una vez más lo que durante muchos años se ha dicho en el mercadeo pragmático, que se ha descuidado, por no decir olvidado, lo que es la esencia del marketing. Además, para recordar que eso que llaman experiencia no es tan fácil de adquirir.

Las variables exógenas juegan un papel importante en la vida de los seres humanos y, por consiguiente, en el comportamiento. Mucho más cuando dependen de mentes anormales como las de Maduro y otros “petrificados”, convertidos en motores de acciones extraordinarias que descontrolan a cualquiera. Peter Drucker afirmó en repetidas ocasiones que las dos funciones básicas de cualquier tipo de organización son el marketing y la innovación, y que si ello se hacía (hace) bien, las actividades serían de mantenimiento y relaciones con el mercado, indicando que las organizaciones que buscan transacciones, porque todas no las pretenden, tendrían como consecuencia el logro de ellas, pero no como un fin, que es lo que se aprecia en la mayoría de los casos.

Muchos discuten con argumentos interesantes si se debe buscar al cliente o si, por el contrario, debería ser éste quien busque al oferente, sobre lo cual afirmaba el gurú que hay que desarrollar una efectiva acción de mercadeo, y Ted Levitt complementaba diciendo que la función de cualquier organización es la formación y el mantenimiento de los mercados (clientes), comenzando por atraerlos para “educarlos”, es decir, enseñarles cómo debe actuarse con respecto a la oferta, como ocurre con cualquier actividad humana que se espera sea sostenible. Y una vez más se está escuchando el consejo antiguo que indica que no se deben colocar todos los huevos en una sola canasta, porque siempre hay que buscar nuevos mercados ante tanta incertidumbre y desgobiernos.

Si de verdad se hubiera desarrollado un efectivo mercadeo y se formado mercados, tanto activos y actuantes como potenciales, y adelantado la labor necesaria en mercadeo de darse a conocer y posicionarse competitivamente, habría “clientes en lista de espera”, ansiosos, para atenderles deseos y necesidades. La dependencia de uno o pocos mercados ha sido y es poco aconsejable; y mucho menos cuando se está en un mundo globalizado además de inestable, que no es nada nuevo, y sobre lo que se viene tratando con insistencia desde inicios de la década de los años 80 cuando Levitt escribió en Harvard Business Review “The Globalization of Markets” (La Globalización de los Mercados).

La realidad es que es poco lo que se aprecia de mercadeo efectivo, siendo más fuerte la actividad transaccional e inmediatista, especialmente en lo privado y comercial; en lo político, religioso, deportivo, social en general, es notoria la ausencia del marketing, y en ocasiones pareciera que la importancia de ello no se reconoce.

No hay que pensar que todo está perdido. Podría decirse que no es tarde para reaccionar porque siempre se puede mejorar lo que se hace y ofrece; pero hay que hacerlo, conscientes de que en marketing “nunca se llega” y que todos tienen que estar activos para hacerlo como debe hacerse, para tener “en fila” mercados, seres humanos, y convertirlos en influenciadores reales y fieles.