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A medida que se profundiza sobre la evolución de las actividades que se implementan en el mercadeo y se analizan “nuevos” temas de interés para la gente del área, se ve con claridad la importancia de lo expresados por Jack Trout en el libro ‘El Poder de lo Simple’, reforzando lo expresado: “no tiene porqué ser complicado”, como también que es una actividad que no hace milagros. Lo que en realidad sucede es que muchos académicos lo hacen ver así, siendo exactamente lo contrario. Cada día es más preocupante apreciar esta realidad, a lo que se suman aspectos que descontrolan los mercados, como son el desgobierno y la guerra de aranceles que se está viviendo.
Mark Stevens, en los libros Your Marketing Sucks y God is a Salesman, opina que el mercadeo debe tener como una de sus bases hacer de la oferta una historia que tenga sentido para el grupo objetivo, conociendo el mercado y estableciendo una vinculación emocional estable. No le falta razón.
Los hermanos Jeffrey y Brian Eisenberg, quienes crearon y patentaron la “Arquitectura de la Persuasión”, y trataron el tema en el libro ‘Are you waiting for your cat to bark?’, la actividad mercadológica es un proceso de personas con las que se establece una relación para buscar el beneficio de todos, sin complicar la vida, y entendiendo que el mercadeo debe desarrollarse tal cual.
Kathryn Roy, presidenta y fundadora de la empresa de consultoría Precision Thinking, con sede en Boston, experta en branding y mercadeo industrial, opina que el marketing es algo que muchas personas han complicado, pero que en realidad es sencillo y simple si se conoce el mercado que se pretende atender, aceptando que puede ser obstaculizado por la competencia y otros factores exógenos principalmente, los cuales no son excusa para complicar las cosas.
Siendo realistas, el mercadeo es un proceso relacional, como expresa la American Marketing Association, AMA, cuando indica que se desarrolla por medio de la creación, la comunicación, la participación y el mantenimiento de relaciones entre todas las partes, con la intervención de todos, sin excepción, incluyendo proveedores y competidores. Entonces, se podrá comprender más fácilmente lo que se dice.
Los hermanos Eisenberg afirman que las diferencias entre los mercadeos que presentan muchos académicos son de forma, pero no de fondo, debidas en mucha parte a la manera como se trabajan la variable precio y los procesos de relaciones. Por su parte, Stevens, Roy y otros reafirman que las actividades del mercadeo deben ser como tantas veces se ha dicho: simples, sencillas, sin complicar las cosas para nadie, haciendo que todo sea cada vez mejor para establecer un vínculo emocional con el cliente, obteniendo con ello un índice adecuado de lealtad, las cosas se van a dar como siempre se pretende: de la mejor manera, entendiendo que lo emocional tiene una alta influencia en las decisiones, más que lo racional, pero que ambas deben mezclarse porque no se dan separadamente. Además, todos opinan que así ha de hacerse, entendiendo que no se puede esperar que esas acciones sean generadoras de milagros.
En conclusión, es una actividad interminable que requiere conocimiento de las partes que intervienen para aplicar, en todo, sentido común; lo malo es que hoy más que antes, éste ¡es el menos común de los sentidos!