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Hace unos días publicó Seth Godin uno de los comentarios que a diario se leen en su sitio, y decía que “para asuntos triviales, es eficiente y tal vez útil simplemente seguir a una multitud o a cualquier líder que hayamos elegido. Pero cuando importa, necesitamos tomar (y poseer) nuestras propias decisiones”, y es lo que está en juego no solamente en lo que a marketing se refiere sino en el momento que vive el país.
Entre las varias razones que presenta el gurú hay algunas que vale la pena comentar de manera breve, para tomar decisiones apropiadas y que generen beneficio para todos.
-Hacer la lectura de lo que se está viviendo y las posibles consecuencias de lo que se decida, con realismo y como se dice, con la cabeza y no con el corazón, evitando hacer caso a las voces con un largo historial de estar equivocado. Es un punto que tiene aplicación en todo lo que el ser humano decide, y mercadeo no puede ser ajeno a ello.
-¿Qué puede pasar? Aunque nadie puede predecir el futuro sí es posible imaginar las consecuencias de la decisión que se ha de tomar, y con mayor razón cuando existen motivos históricos y experiencias propias o de terceros que dejan ver claramente lo que podría suceder. -Otra pregunta que hay que hacerse para tomar decisiones importantes es ¿Cómo funcionaría eso? Porque no basta con solamente decidir sino que debe pensarse en la posibilidad real de implementar lo que se está decidiendo. No son pocas las experiencias de organizaciones y personas que han tomado decisiones importantes sin pensar en la viabilidad de lo que está en juego, razón por la cual muchas veces lo que se determina no conduce a nada, y en ocasiones a desastres que muchos han lamentado.
-Ignorar lo que se dice o habla para llamar la atención, usando para ello frases bonitas y promesas imposibles de cumplir, como tantos personajes y libros hay en los mercados llenos de ellas y sofismas de distracción. No hacerlo conlleva a toma de decisiones equivocadas o, en el mejor de los casos, posibles de corrección pero a costos altos y tiempos irrecuperables.
-Marcar un camino del que se pueda estar orgulloso y feliz de asumir la responsabilidad, sin querer decir con ello que se vaya a reclamar algo en el futuro; actuar de manera que la decisión que se está tomando sea la que conduzca al éxito y al logro de los objetivos sin arriesgar el futuro del mercado y de la organización, aunque los riesgos siempre existen pero se pueden reducir si se actúa a conciencia y adecuadamente.
-Estar preparados para hacer ajustes porque la perfección no existe, por lo que siempre habrá que modificar. No hay decisiones exentas de modificaciones en lo que se ha de implementar.
-Un aspecto muy importante, como siempre lo mencionaron los grandes gurús es lo que afirma Godin cuando dice que hay que pensar mucho sobre quién(es) se beneficia(n), de una parte, y por qué quieren que se haga algo, de otra. Las decisiones que han de tomarse nacen de expectativas del mercado y deseos de mejoramiento continuo que siempre han de ser motivo de acción del mercadeo, por lo que es necesario tener claro este punto.
-Considerar el impacto a largo plazo del pensamiento a corto plazo, pues hoy en día el ciclo de vida de las cosas no es tan extenso como otrora se daba.
No es fácil y por eso hay muchas ocasiones en las cuales es bueno escuchar a otros antes de decidir.