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Todavía hay quienes piensan que el mercadeo no se necesita durante determinadas temporadas o épocas como la Navidad, porque generalmente se da un aumento en la demanda, en todos los campos; en realidad, es mucho más efectivo si se realiza en tiempos de alta demanda.
Los mercados hay que formarlos y mantenerlos, sin interrumpir en ningún momento lo que se hace, y cuando todo parece más fácil y existe tan alta influencia de la publicidad y las promociones, como las navideñas, se requiere hacer claridad para evitar posibles futuras confusiones.
Como tantas veces se ha dicho, lo ideal es una cultura organizacional adecuada en todos los campos, y desde siempre. De haber sido así, no estaríamos ante la triste realidad de tantos quemados con pólvora, accidentes por consumo excesivo de licor, ni ante el incremento del endeudamiento de tantos, que hace que se tengan que sortear todo tipo de dificultades para cumplir con los pagos de las obligaciones contraídas, y más situaciones lamentables que desafortunadamente se presentan en la época que está próxima a comenzar, y que de verdad esperamos no sea otra vez lo que por tanto tiempo se ha vivido.
Tener en cuenta el marketing solamente cuando las cosas se complican, y/o se presentan dificultades, es uno de los errores más comunes que, en muy buena parte, puede ser debido a factores culturales, los cuales hacen que se den conductas más correctivas que formativas y preventivas, ocasionando lo que siempre se da desde el punto de vista económico: es mucho más costoso.
El proceso de mercadeo, es decir, la logística en todas las organizaciones, sea cual sea su naturaleza y actividad, se debe dar desde el momento mismo en el cual se toma la decisión de salir al mercado. Es algo que tiene principio pero que nunca llega a un final, haciendo que no se llegue a una meta definitiva, mientras se esté y desee estar con vida.
Si así se hace, será más sencillo el trabajo de posicionamiento competitivo, y la continuidad del proceso para con las generaciones nacientes no presentarán mayores dificultades, obteniéndose consecuentemente la sostenibilidad. Además, hay que tener muy presente que en el desarrollo del proceso, siempre habrá cambios en los comportamientos del mercado, en la tecnología y, en fin, en todo, los cuales cada vez se dan más rápido.
El mercadeo no es milagroso; si se detiene o retrasa en su accionar, o más se demore en iniciar su implementación, mayor será la dificultad para alcanzar los objetivos deseados, pues la competencia hoy en más aguerrida que nunca antes, sumando a ello la que Drucker llamó “invisible” por darse en el mundo virtual, la cual, a su vez, es cada día más intensa y sometida a la influencia de las redes sociales que no se pueden controlar, pero que sí tienen un poder innegable y muy fuerte en los procesos de toma de decisión. Y en Navidad, especialmente, si que se da esa realidad.
Otro aspecto a tener en cuenta en épocas como la que se avecina, es el relacionado con la contratación de personal temporal. Este requiere un proceso de capacitación que toma tiempo, y que debe reflejarse en la interacción con el mercado.
Hay que entender y aceptar que el mercadeo es un proceso de y para todas las épocas, y que debe ser orientado por personas que cumplan con el perfil que se requiere, y que mientras más se demore en adelantarse, mayor será la dificultad en la obtención de resultados.