.
Analistas 29/03/2025

Religión y mercadeo

Carlos Fernando Villa Gómez
Consultor de Mercadeo

Pocos personajes de la humanidad generan tanta preocupación e inquietud cuando sufren serios quebrantos de salud como los que ha vivido el Papa durante los últimos días, como también ocurrió con San Juan Pablo II.

La salud del Pontífice y los acontecimientos que está viviendo el mundo con las guerras, los desgobiernos, por no decir malos, y las consecuencias que se generan, entre otras cosas, han despertado sentimientos religiosos haciendo que se den las llamadas cadenas de oración y las plegarias a Dios para que se logre una forma de vida más digna y justa. Colombia y el mundo tienen que volver a Dios.

Por eso se está hablando nuevamente del marketing de la religión, que no es algo nuevo, aunque así parezca para algunos. Desde mediados del siglo pasado se han escrito miles de artículos y decenas de libros sobre el mercadeo de las religiones, además de los que tratan sobre el marketing de causas sociales.

Grandes tratadistas, no sólo del mercadeo, sino también de la administración organizacional en todos los campos, como Peter Drucker, Philip Kotler, Jack Trout, Guy Kawasaki, Mara Einstein, Robert Stevens, David Landon y muchos más, son autores de libros del mercadeo de las religiones.

Entendiéndose el mercadeo como lo define la Asociación Americana de Mercadeo, AMA: “es la actividad, el conjunto de instituciones y procesos para crear, comunicar, suministrar e intercambiar ofertas de valor para los clientes, consumidores, socios y la sociedad en general”, se comprenderá que no es otra cosa que una función organizacional compuesta por una serie de actividades desarrolladas para generar en las personas comportamientos para vivir mejor y elevar el nivel de vida de todos. Se trata entonces de educar a los seres humanos por medio de la atracción, primero, para despertar el interés y aceptar una oferta de comportamiento y mantenerla después, haciendo uso de las herramientas que permitan desarrollar una logística que conduzca a los comportamientos que se desean. Y en ese proceso, las religiones, todas, pero más la nuestra, la católica, ha trabajado desde sus inicios. Sin embargo, por estar compuesta por seres humanos, ha cometido errores cuando se habla del mercadeo que se ha implementado, y que en esta temporada cuaresmal y la Semana Santa vale la pena considerar para meditar sobre lo que está sucediendo en el mundo por haberse alejado tanto de Dios.

Para no pocos cuando se habla de mercadeo de la religión, y de otras actividades como la medicina, la política y más, el uso de las palabras mercadeo o marketing, clientes, publicidad, promociones y otras, genera cierto resquemor que puede entenderse por la manera como se han interpretado, mas no por su verdadero significado. La tergiversación en algunos casos y los enfoques reduccionistas en otros, han facilitado que ello ocurra, como también el desconocimiento sobre el marketing de muchos de quienes deben liderar la religión.

No se trata de una tendencia, ni de algo nuevo que apenas comienza a ser considerado. Jesucristo nos enseñó cómo aplicar el mercadeo en la práctica, aunque a algunos parezca curioso. Durante más de 2.000 años es apenas lógico que haya habido errores al tratar de atraer y mantener viva la fe y la práctica de la religión, pero como en el mercadeo, la acción corresponde a todos, sin excepción y nunca se termina de actuar.