Responsabilidad social y mercadeo

Se habla de responsabilidad social de muchos y de muchas organizaciones y actividades, pero parece que se estuviera dejando solamente a unos cuantos, porque se está viendo y demostrando que una gran cantidad de personas y organizaciones se están apartando de cumplir con ella y menos orientar sobre lo que es y significa.

Y el mercadeo, siendo la actividad organizacional que ofrece y entrega los medios para que cada vez se mejore el nivel de vida de todos, sin excepción, por ser el área que tiene como función desarrollar y mantener los mercados (personas humanas) con sus comportamientos, entonces tiene que ser consciente de que es la que mayor encargo de ello tiene, como indicó Peter Drucker cuando afirmó que una organización no tiene sino dos funciones básicas: marketing e innovación.

Por lo tanto, le cabe la responsabilidad de orientar, no dirigir ni administrar, sino orientar y participar en la conducción de todas las actividades, pues todas y la totalidad de las personas que las desarrollan, tienen que ver directa e indirectamente con los mercados, y ese solo hecho determina lo que tanto se ha expresado, especialmente durante y después de la pandemia, y, además, en nuestro país por el desgobierno y las circunstancias que está haciendo vivir. Como lo han afirmado reconocidos autores de la materia y la administración, hoy más que nunca es una verdadera filosofía que se debe convertir en cultura organizacional, porque el cliente depende de todos, sin excepción.

La gente de mercadeo tiene pues una responsabilidad, no solo mercadológica, sino en todos los campos y en lo social (que es de las más olvidadas y descuidadas) y, obviamente, en el desarrollo del país, porque una nación necesita mercados para sus ofertas de productos y servicios dentro y fuera de su territorio, y necesita mucho mercadeo para las inversiones, y hoy para el turismo, que cada vez se convierte en motor y protagonista del progreso puesto que genera la confianza requerida para la actividad como generador de recursos económicos mientras nos enseñan cultura, además de hacer que las puertas para los inversionistas sean cada vez más anchas.

Los satisfactores de necesidades y deseos que buscan los mercados son responsabilidad esencial del área de mercadeo, pues si la mezcla se trabaja adecuadamente, se estimula y facilita la aceptación de las ofertas, se logra una sociedad preparada acorde con la promesa básica diferenciadora y se mejora el nivel de vida de propios y extraños, pudiendo decirse que se ha cumplido con la responsabilidad social histórica que tiene la actividad o función organizacional que forma y mantiene los comportamientos, que es lo que hace el marketing.

Pero hay que hacer una claridad, como bien afirma la gurú de la fidelización de clientes Jill Griffin: “hay que comenzar por dentro”. Es decir, primero el mercado interno, porque es el que hace que existan y sean exitosas las organizaciones, porque si ello no se logra, la inestabilidad laboral y del país no se conseguirá, y los mercados serán cada vez más esquivos y reacios a aceptar las ofertas que se les hacen. Por eso es menester e imperativo que la gente de mercadeo, y todos en la organización, acepten y reconozcan la enorme responsabilidad social que tiene el marketing.

Como dice Suso, “el que entendió, entendió”.