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Analistas 14/04/2018

¡Criterio! electores y gobernantes

Carlos Iván Mantilla Velásquez
Consultor en Comunicación
Analista LR

A estas alturas, cuando se está a escasos cuarenta días de los comicios electorales en cumplimiento de la primera vuelta para las presidenciales, vemos el viraje que empieza a darse en la intención de voto contra los pronósticos que presentaron como tendencia las firmas encuestadoras quince días después de las elecciones legislativas y que, en el especial de El Frente del 1 de abril califiqué de “prematuros” y “desatinados” entre otras aspectos por las pobres muestras a las que acuden los encuestadores (6.000 muestras vs. un potencial electoral de 36 millones de colombianos) y en las cinco zonas del país, vaya uno a saber cómo las hacen.

Sigo validando la simpática y diciente frase del elocuente e inolvidable Álvaro Gómez Q.e.p.d. “Las encuestas son como las “morcillas”, si uno supiera cómo las preparan, no se las comería”. Esos últimos vaticinios solo sirvieron en su momento, de contentillo triunfalista para los supuestos punteros, Duque y Petro.

Hoy, cuando en la recta final los candidatos se fortalecen con la aparición en medios, especialmente en la televisión nacional donde el elector cómodamente los ve en directo y observa los debates (estos sí fundamentales para examinarlos) las campañas publicitarias, la presentación oficial de los programas de Gobierno, adhesiones definitivas y otras posibles. Lo que se siente, por lo que dicen los medios y el ciudadano de a pie (sin contar con recientes encuestas “oficiales” de los “expertos”), cambia la tendencia. Si bien los punteros siguen siendo los mismos, éstos, para resaltar, ya no conservan la abismal distancia que los separaba de Vargas Lleras que aparecía rezagado. Mientras que, a Fajardo y De la Calle se les enfrió el café y, por ende, perdió su aroma, la posibilidad de esa adhesión es moribunda, el uno no cuenta con el otro. Y, es posible que pierda más Fajardo, pues como lo anuncia Gaviria el “jefe” del liberalismo, quien le quitó autonomía a su candidato, irá a primera vuelta con De la Calle, consciente de sus pocas posibilidades y, en la segunda vuelta negociará el gran caudal, 4 millones de votos aproximadamente, entre Senado y Cámara, de sus bancadas en el Congreso, con el candidato que más se comprometa con los liberales. Por lo que se “huele” el favorecido por ahora con esos votos sería Vargas Lleras para la segunda vuelta, sino lo es también, favorecido con algunos de esos mismos votos para la primera; Vargas Lleras con su fuerza propia, más la del partido de la U y muy posiblemente la adhesión de los conservadores, se erigirá como duro contendiente de los supuestos “punteros”.

Pase lo que pase, los resultados dependerán del buen criterio, palabra olvidada en estos tiempos a la hora de tomar decisiones, que tenga el electorado a la hora de votar. Si el (la) ciudadano (a) vota previo discernimiento con razón y sensatez, su responsabilidad al elegir al nuevo gobernante será a conciencia y, podrá con autoridad moral cuestionar, protestar y exigir al mandatario. Finalmente, somos responsables y merecemos a quiénes elegimos, reza el adagio.

Y el nuevo mandatario de los colombianos, del mismo modo, que ante todo debe ser un individuo anti corrupto, tiene que estar provisto de imperioso criterio para tomar las mejores decisiones en bien de sus compatriotas, consciente de lo implica gobernar con cordura, justicia, sensatez, sabiduría, discreción, razón, todo lo que encierra dicha palabra.

Criterio señores electores, Criterio candidatos y nuevo gobernante. Por el bien de nuestra amada Colombia.

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