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Analistas 08/04/2025

Aranceles, asimetría y el fin de la OMC

Carlos Ronderos
Consultor en Comercio y Negocios Internacionales

Con la idea de buscar un trato justo con aquellos países que por diversas razones se habían quedado rezagados en su desarrollo y en el convencimiento que su vinculación a los flujos de comercio ayudaría a cerrar la brecha entre países ricos y países pobres, en 1979 en la ronda de Tokio en el Gatt se aprobó una excepción a la cláusula de Nación Más Favorecida (NMF) al permitir cierto tipo de preferencias en el trato arancelario entre los países, sin que tuviera que extenderse ese trato a los demás socios comerciales. Así surge el Sistema General de Preferencias, SGP, mediante el cual los países ricos otorgaban tarifas arancelarias preferencias a los países en desarrollo sin necesidad de reciprocidad.

Como parte integral de esta visión estaba el concepto de asimetría que reconocía que en el intercambio comercial entre las naciones no existía igualdad de condiciones y por tanto era necesario reconocer las asimetrías entre ricos y pobres al momento de fijar aranceles. Este concepto de asimetría no solo dio base al SGP, sino que se adoptó también en las diversas negociaciones de carácter regional o bilateral. En efecto en la negociación del TLC entre Colombia y Estados Unidos, así como entre los tratados y acuerdos firmados por países de América Latina con Europa y los Estados Unidos se reconoció el principio de asimetría y así la desgravación del socio más desarrollado era más acelerada y se permitía mayor protección a los países más pobres. De estas ventajas arancelarias hicieron buen uso los países asiáticos que aprovecharon esas ventajas para ganar espacios en los mercados de Estados Unidos y Europa, mientras que por su parte América Latina siguió en su mayoría con su estructura exportadora dependiendo de los productos primarios.

El argumento de reciprocidad al que apeló el presidente Trump para poner aranceles a todos los países, y muy elevados a algunos países en desarrollo, da por terminado, en lo que hace a Estados Unidos, tanto el principio con se inspiró SGP como el principio de asimetría siendo este un golpe más a los principios acordados del comercio internacional y se consolidaron primero con el Gatt y posteriormente con la OMC. Con esto se da fin a una herramienta para cerrar la brecha entre países ricos y pobres. De paso con este argumento de reciprocidad los Estados Unidos, al imponer aranceles diferenciales a ciertos países, desconoció la norma de NMF, porque no extiende a los demás países el arancel más favorable que otorga a algunos. Dentro de este pilar fundamental con el cual se construyó el sistema multilateral de comercio no cabría que a Gran Bretaña se le otorgue un arancel de 10% mientras que a la UE se le imponga uno de 20%.

Este es pues un golpe final por parte del principal actor de comercio internacional al sistema multilateral que acordaba las reglas que regían el intercambio comercial a través de la OMC. Ya la anterior administración Trump había de facto inhabilitado el organismo de solución de diferencias en el seno de la OMC y con este nuevo capítulo se da la puntada final al sistema, porque con las retaliaciones que se esperan de parte de los demás países que avanzaran por la senda de la reciprocidad poco quedará de la OMC. Entraremos en un nuevo ciclo del comercio donde el multilateralismo desaparece como herramienta de regulación y se avance en nacionalismos proteccionistas y acuerdos selectivos entre países.