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Existe una diferencia entre problemas complejos y problemas complicados y la forma como se deben abordar ya que los dos difieren de manera sustancial. Los problemas complicados deberían ser más sencillos de resolver si se tienen las competencias necesarias y la metodología correcta para abordar soluciones prácticas. Los problemas complejos de otra parte son, como su nombre lo indica, complejos porque tiene una gran cantidad de elementos inherentes interconectados y requiere no solo solucionar los retos que impone cada uno de esos elementos sino también la forma en que estos se interconectan.
En los últimos días, me atrevería a decir que nos enfrentamos al dilema de problemas complicados y problemas complejos y, por ende, frente a soluciones fáciles o complejas a estos problemas
De una parte, los manifestantes han identificado una serie de retos que creen que se pueden resolver con un soluciones simples sin medir la relación e interconexión entre esos retos ni la complejidad de los mismos. El problema esta en efecto adecuadamente identificado; colapso del sistema social resultado de la inequidad y la corrupción. Solución simple; parar toda reforma laboral, parar toda reforma pensional y desmontar la ley de financiamiento. Es claro que cualquier análisis profundo descartaría que esas soluciones simples resuelvan ese problema complejo, pero hay que entender que quienes plantean el reto lo hacen instintivamente y con mas pasión y convicción que con raciocinio.
El diagnóstico correcto de los manifestantes los lleva a luchar por una causa justa a la cual se suman fueras “oscuras” que buscan deslegitimar o radicalizar la protesta y el estado responde con el uso legitimo que le da el monopolio de la fuerza. Surge allí otro problemas que me atrevería a calificar de complicado y es probable que este tenga soluciones simples, aunque la propuesta de acabar con algunas piezas del engranaje de seguridad del estado no resulta una solución simple sino una compleja, porque el tema de la seguridad del estado es un tema complejo. Tal vez haya soluciones mas simples a este impasse como el autocontrol por parte de los organizadores o simplemente la aceptación de parte de la sociedad que el uso de la fuerza en defensa de la vida y bienes de los ciudadanos por parte del estado es legitimo.
Otro problema complejo es sin lugar a dudas el que enfrenta la administración Duque. El presidente se enfrenta al reto de desactivar una bomba de tiempo social que en Colombia se ha venido incubando por décadas. Es evidente, como lo reclaman tanto el señor Presidente como sus seguidores, que no es el único ni el mas destacado responsable, pero ello no le quita ni le disminuye la responsabilidad de enfrentar con soluciones que necesariamente tienen que ser complejas.
Enfrenta un problema complejo con un sinnúmero de factores interrelacionados y una solución adecuada requiere abordar soluciones a esos temas y la forma en que estos se relacionan. Por el contrario, el Presidente ha buscado una solución simple; “El Diálogo Nacional”. Será que el problema es uno de falta de dialogo? Una solución adecuada tiene que entender el conflicto armado residual, el enfrentamiento entre las fuerzas políticas, el desempleo juvenil, la correlación de fuerzas políticas institucionales, la descomposición de la institucionalidad que lleva a altos niveles de corrupción y la estrategia de la oposición entre otros. Si no se abordan estos retos y sus nexos los máximo que lograra la administración es desactivar por unos meses el problema.