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Cuando se habla de la relación entre economía y política se entra en un terreno muy diferente al de la Economía Política que nos enseñaron, Smith, Ricardo y Marx. Esa tenía que ver con los fundamentos de la moral en la creación y la distribución de la riqueza, temas de fondo, que está ligados a la visión productiva de la sociedad. Cuando se habla hoy en día de economía y política, particularmente en el contexto de la actual campaña presidencial, se habla de formulas mecánicas que prometen lo candidatos para que el país salga de impase en el cual se encuentra a raíz de la caída del precio del petróleo (ahora en recuperación) y del despilfarro del gobierno (ahora de salida).
A pesar de la difícil coyuntura que no logra reducir las tasas de desempleo, ni reactivar la economía, los candidatos no han sido capaces de formular una visión económica de la sociedad y están enredados en la estéril discusión de lo que sería la primera de probablemente varias reformas tributarias que se darían en caso de ser elegidos. En un país en crisis y con enormes niveles de evasión e informalidad es claro que sostener el “función social” de la que habla la constitución obliga a meterle la mano al bolsillo a los pocos que producen y que decidieron transitar por la formalidad.
Me refiero primero al tema fiscal porque este refleja claramente esa disociación entre economía y sociedad. Colombia tiene un recaudo de impuestos como participación del PIB bajo comparado con la mayoría de los países de la región y desde luego con los países ricos. No obstante Colombia posee una de las tasas impositivas más altas con impuestos absurdos que no existe en pocos países como rentas presuntivas, y altas tasas sobre las ganancias. Porque si cobramos tanto recogemos tan poquito debería ser la pregunta que se deben hacer los candidatos. La respuesta a esta inquietud no está en una formula mágica de ordenamiento tributario, ni en el populismo tributario que estamos observando por parte de algunos candidatos que se olvidan que la gran mayoría no paga impuestos.
El problema es la forma en la cual esta organizada la sociedad alrededor de la economía, y como nos enseña la Economía Política, lo que sucede en el ámbito económico está relacionado con lo que sucede en el resto de la sociedad. Si 5% o 10% del PIB (nadie sabe) de la actividad económica la generan las actividades ilegales tales como el tráfico de drogas, el contrabando, la corrupción, etc. Es evidente que ese porcentaje no tributará así hagamos 20 reformas tributarias. Si la mitad de las personas registradas como empleadas están en la informalidad es claro que estos tampoco tributan. Si el principal cáncer de la sociedad es la corrupción a nadie escapará que la evasión de impuestos estará en la cabeza de la lista de los delitos.
En estas circunstancias el estado no podrá pagar la seguridad social (pensiones, salud etc) lo cual es su deber, y el problema no podrá resolverse con una nueva reforma tributaria. No he escuchado a ningún candidatos que nos plantee como debe ser la organización de la sociedad que permita resolver ese impase. Como podremos recaudar más, bajando los impuestos, como podremos atender mejor las obligaciones del estado gastando menos y con mayores eficiencias, como podremos incentivar la producción y el empleo sin crear una cadena de privilegios, como podemos construir una sociedad mas igualitaria en el país con mayor inequidad. En fin como es la Economía Política que proponen.