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Analistas 03/12/2024

La motosierra

Carlos Ronderos
Consultor en Comercio y Negocios Internacionales

Desde luego no me refiero a la motosierra que hizo famosos a algunos de nuestros recientes gestores de paz, cuando con el paramilitarismo cometían delitos de lesa humanidad. No, me refiero al símbolo que uso Javier Milei durante su campaña presidencial para anunciar lo que sería un gran recorte de las funciones del Estado y, en general, del tamaño del Estado.

Dicho y hecho. Llegado a la jefatura del Estado, el nuevo mandatario de los argentinos inició su gestión con un recorte drástico del gasto público y la burocracia (tarea totalmente contraria a la que ha venido practicando nuestro actual gobierno), y en el primer año redujo el número de ministerios de 18 a 8, que sumado a recortes en otras áreas del Gobierno hizo posible, por primera vez en Argentina en muchos años, un superávit fiscal. Esto ha permitido una reducción de la inflación que paso de 13% al mes a 3%, que, aunque alto, muestra una clara tendencia descendente.

Pero detrás de las razones fiscales que inspiraron estas acciones hay un presidente que se declara anarco-liberal y seguidor del pensamiento de la escuela Económica Austriaca, ampliamente conocida por las obras de Von Mises y Von Hayek, que busca la eliminación de obstáculos que el Estado impone a la sociedad impidiendo la libertad de las personas y de los agentes económicos. que son quienes producen riqueza en una nación. Así lo declara Milei en entrevista con la revista The Economist (con portada), cuando anuncia que “cualquier cosa que yo pueda hacer para remover la interferencia del estado lo voy a hacer” y continúa afirmando que “todos los días desregulamos y aún tenemos 3.200 reformas estructurales pendientes”, acciones que lleva a cabo el ministerio de la desregulación.

Ha sido frecuente ver al presidente Milei reunido con Elon Musk, y según entrevista dada por el primero a Lex Fridman, han tenido oportunidad de discutir temas que van desde la demografía hasta la eficiencia del Estado, y de hecho fue inspiración para el cargo que el presidente Trump le asignó a Musk de encargado del Departamento de Eficiencia Gubernamental (Doge), que tiene como objetivo “impulsar una reforma estructural y crear un enfoque empresarial para el gobierno”. El clamor es por la eficiencia y por un Estado menos intervencionista.

Lo cierto es que con las contribuciones de Keynes a la economía se dio mayor protagonismo al Estado, y por esa senda fue creciendo el tamaño y las regulaciones que el Estado impone para las diferentes actividades, haciendo difícil la acción de mercado y el impulso a nuevas iniciativas. Esta tendencia se revirtió en algunas naciones que siguieron el pensamiento de Milton Friedman, pero el de Argentina es, sin lugar a dudas, el experimento más radical en la senda del liberalismo económico, y con el tiempo se podrá evaluar el impacto que este tenga sobre la pobreza y el bienestar de los ciudadanos.

Lo cierto es que las motivaciones que llevaron a Javier Milei y a Elon Musk a concentrar esfuerzos en eliminar barreras impuestas por el Estado y que coartan la libertad de empresa e impiden la eficiencia gubernamental creando privilegios artificiales, es una preocupación que comparten los ciudadanos de muchos países y, desde luego, los colombianos. En Colombia el Estado es ineficiente y corrupto e impone múltiples trabas, creando privilegios de los que gozan algunos y que paga toda la sociedad, y para muchas corrientes políticas, el ejercicio Milei resulta un camino atractivo.

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