MI SELECCIÓN DE NOTICIAS
Noticias personalizadas, de acuerdo a sus temas de interés
Woke es un término en inglés originalmente utilizado por comunidades afroamericanas estadunidenses que se refería a la conciencia social respecto a temas como la justicia social, el racismo entre muchos otros aspectos relacionados con los derechos civiles. A partir del movimiento “Black Lives Matter”, en la segunda década de este siglo, que defendía derechos de la población negra maltratada por la policía, Woke empezó a usarse no solo como un término, sino como una actitud militante.
Paralelamente y dentro de ese mismo concepto, tomó prevalencia la necesidad de ser “políticamente correcto”, y ello implicaba el uso adecuado del idioma para no ofender a posibles minorías o denotar connotaciones discriminatorias o sexistas, y poco a poco en muchos casos acabó ocultando una hipocresía social que escondía una realidad menos correcta políticamente. Este no solo fue un fenómeno en Estados Unidos, sino que se extendió a todos los países, principalmente a los de occidente y fueron empoderando sectores relativamente marginados de la sociedad que buscaban una voz más contundente.
Así surgió el movimiento “Me Too”, que dio voz a mujeres que habían sido víctimas de abuso sexual por parte de hombres en posición de poder, llevándose por delante importantes figuras como Harvey Weinstein y Bill Cosby. Igualmente se evidenciaron las comunidades Lgbti+, que consiguieron protección legal, dándoles en la sociedad derechos que les habían sido negados, y como estos grupos muchos otros en su lucha impusieron el lenguaje adecuado para un trato civilizado que reconociese las diferencias. Por ejemplo, en Colombia hizo carrera el Woke cuando se impuso el uso de los, las y els, para que nadie se sintiese discriminado.
Pero así como avanzaba la militancia Woke y se consolidaba la necesidad de ser, actuar y hablar de manera políticamente correcta, fue surgiendo un movimiento que no consideraba justo ese trato y sentía que en últimas las discriminadas eran las mayorías que se sentían acorraladas por el Woke, y fueron haciendo del término una expresión peyorativa para indicar el radicalismo y los excesos sociales de lo políticamente correcto. Esa corriente buscó en muchos países expresión política y la consiguió. El caso más simbólico es sin lugar a dudas el de Donald Trump, quien personifica todo lo políticamente incorrecto, habiendo sido acusado de racista, de abuso sexual y de todo lo contrario a lo que significaba ser Woke. Pero igual ha sucedido en España, donde fuerzas políticas de derecha buscan establecer el “Día del Orgullo Familiar” como un contrapeso al día del orgullo gay. En Francia se expresó con Marine Le Pen en una reacción contra la inmigración de personas de África, en Brasil con Bolsonaro.
Esa reacción anti Woke se está manifestando en las urnas como claramente quedó demostrado en el proceso electoral de los EE.UU., que se reveló contra lo políticamente correcto que representaba la vicepresidenta Harris y los demócratas y se volcó masivamente a abrazar causas que parecían socialmente inaceptables. Ese mensaje está claro con los nombramientos del gabinete Trump, que incluye personas acusadas de violación y abuso de poder y en el resto del mundo con el crecimiento de una derecha obteniendo votos de una sociedad que se hartó de ser políticamente correcta. Ya veremos el año que viene cómo se comporta ese péndulo en Colombia donde la izquierda ha querido representar la diversidad y lo políticamente correcto.