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Con ocasión de la salida de Jorge Iván González, sin duda uno de los funcionarios más capacitados de la administración Petro, cabe resaltar que su carta de renuncia dedica más de la mitad al trabajo realizado en la construcción del Plan de Desarrollo y de la necesidad de que administraciones locales y gremios participen activamente en su implementación.
Tiene razón el saliente director en sentirse orgulloso porque ese Plan es un excelente derrotero para el futuro económico y social del país. En la página del DNP se puede encontrar que “las cinco grandes transformaciones que propone el Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026 son: (a) Ordenamiento del territorio alrededor del agua. (b) Seguridad humana y justicia social. (c) Derecho humano a la alimentación. (d) Transformación productiva, internacionalización y acción climática. (e) Convergencia regional.”
Analizando cada uno de los cinco puntos se puede ver con tristeza que transcurrido año y medio de iniciado el gobierno (37% del período) es poco lo que se ha avanzado en estos propósitos. El primer gran lunar es que el presupuesto destinado para estos nobles propósitos no se ejecutó. Si bien a noviembre se había ejecutado 75% de presupuesto, sin el servicio de la deuda esta ejecución había sido de 67%, mientras que la ejecución del presupuesto de inversión fue de 54%.
Los desastres ocasionados por el fenómeno de El Niño han demostrado que el gobierno no ha logrado el anhelo de ordenar el territorio alrededor del agua, porque para ello se requería salvaguardar los páramos y el gobierno demostró su incapacidad de gestión en esta materia. Según el Instituto Nacional de Salud comparados el mismo período de 2022 con 2023 se incrementaron los casos de desnutrición aguda y severa en 1.897 casos, cifra que plantea dudas sobre el éxito en las políticas de Seguridad Humana y Derecho Humano a la Alimentación. En mortalidad infantil si bien el número de casos disminuyó, en 2023 murieron 128 niños de desnutrición. Esta cifra la encabeza La Guajira con 42 casos.
En el campo alimentario, el DNP argumentaba que Colombia debía sustituir más de 13 millones de toneladas de productos agrícolas que el país importa sin embargo las cifras de crecimiento del sector agrícola que publica el Dane indican entre el tercer semestre de 2022 y tercer semestre de 2023 la agricultura creció tan solo 1,8%, lo que dista mucho de la revolución agrícola y alimentaria anunciada. En ese mismo período producción de las industrias manufactureras decreció 6,2% lo cual no anticipa la transformación productiva que anticipa la reindustrialización. Esta, según el DNP se lograría “a través del desarrollo de la ciencia, la tecnología y el conocimiento”, pero el presupuesto para ciencia y tecnología en 2024 disminuyó 25% y tal como la afirmó la representante J. Pedraza, “este presupuesto no concreta los compromisos del Plan Nacional de Desarrollo especialmente en reindustrialización.”
Finalmente, todo parece indicar que para el presidente Petro, la Convergencia Regional gira alrededor de la afinidad política de los elegidos y esta convergencia no será posible sin el concurso de gobernadores y alcaldes (así no sean de la línea del gobierno) como bien lo señala el saliente director.
Faltando tan solo 63% de período presidencial se puede inferir que el PND no ha arrancado y ello constituye un llamado a la acción. Hacer más y hablar menos!