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Analistas 19/09/2023

Una mala idea

Carlos Ronderos
Consultor en Comercio y Negocios Internacionales

Cunden las malas ideas en diferentes ramas del gobierno producto de la improvisación y el repentismo. Al presidente desafortunadamente se le ocurren gran cantidad de “ideas buenísimas” y afortunadamente no todas hacen carrera en los ministerios y dependencias oficiales como la idea que botó el Presidente de renegociar el TLC con los Estados Unidos. Otras sin embargo hacen tránsito y el Ministerio de Transporte se ha convertido en un lugar donde aterrizan con beneplácito ideas descabelladas.

Recordemos al colorido ministro Reyes que en un afán populista decidió rebajar en 50% el seguro obligatorio de las motos, con lo cual logró no solamente salir en cámara, de parrillero en una de las motos de la protesta vitoreado por cientos de rudos motociclistas, sino a la vez vulnerar aún más el sistema de salud que atiende todos los accidentados en estos peligrosos vehículos ya que contrario a lo esperado, la evasión en la contratación de este seguro siguió igual.

Otra mala idea que hizo camino en este ministerio fue la de congelar el precio de los peajes ocasionando un enorme hueco en los ingresos de los concesionarios viales, que tendrá que ser sufragado con los dineros del estado. Esta costosa idea estuvo acompañada de otra según la cual el mantenimiento vial se financiaría con un programa de valorización, que, sobra decir, nunca se implementó.

Ahora aterrizó en esta dependencia otra idea que se está buscando poner en práctica y que va a traer serios problemas y repercusiones. Se trata de generar un sistema mediante el cual todos los usuarios de la energía eléctrica paguen en su recibo mensual una sobretasa para subsidiar el transporte público y que así los viajeros de las ciudades puedan viajar “gratis” evitándose el drama de los colados y destruyendo la cultura de pago que ha logrado a través de años de esfuerzo el metro de Medellín.

Esta es una mala idea por una multitud de razones. Como primera medida obliga a pagar la cuota de transporte a todas las familias usen o no usen el sistema público de transporte. ¿Será que es legal obligar al pago de un servicio público a todos los ciudadanos usen o no usen el sistema? Cuando el ciudadano hace uso de algún servicio público está bajo su control el monto que paga, conociendo de antemano la tarifa unitaria puede decidir si ahorra energía o controla el uso del agua potable.

Lo que se busca en todos los servicios es que los usuarios hagan un uso racional del mismo, pero esta nueva gran idea procura un sistema perverso que desincentiva el uso de medios alternativos. Si la empresa donde labora el trabajador tiene una política de trabajo en casa, que entre otras le permitiría al empleado ahorrase el costo del transporte, en este esquema igual paga ya que le llegará puntualmente el cobro de transporte en el recibo mensual.

Las ciudades están construyendo kilómetros de ciclorrutas para incentivar que la gente se baje del sistema y ahorre en transporte haciendo ejercicio, pero si se implementa esta iniciativa que tan entusiasmado tiene al nuevo ministro, estos también tendrán que pagar por usar la bicicleta.

Sobra decir que si un ciudadano se atrasa en el pago, o le cortan el servicio de energía lo cual sería injusto si ha pagado la tarifa, o viajará gratis en bus ya que no habrá modo de suspender el servicio por falta de pago.
No más ideas brillantes improvisadas, por favor, que demandan recursos, generan desgaste y lo peor es que a veces se llevan a cabo.

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