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El país se consolida como referente mundial en protección y promoción de la cultura e impulso de la Economía Naranja. No es solo la voz de Gobierno. Lo ratificaron quienes crearon el concepto de economía creativa en Reino Unido, así como los expertos de potencias en industrias creativas como Francia, Argentina, México, España, Israel, entre otros, que asistieron a la primera Cumbre Mundial de Economía Naranja que se realizó en Medellín.
John Howkins, padre del concepto de economía creativa, por ejemplo, dijo que “Colombia lo está haciendo bien y los beneficios serán inmensos”, y que para eso “se necesita un grupo de personas que haga la diferencia en el territorio, y justo eso es lo que está pasando acá”, pues en su concepto, esa es una de las mejores formas en que los países pueden competir hoy en el mundo.
Junto a él, 58 expertos de 17 países ratificaron frente a más de 1.300 personas de los 32 departamentos la importancia e impacto de concentrar esfuerzos en potenciar la cultura y la creatividad que hoy le aportan al país más que sectores emblemáticos como el del café, con $15,6 billones, equivalente al 1,8 % del PIB y cerca de 300.000 empleos directos por año.
Y si se preguntan, qué pasará después de esta cumbre, la respuesta es: un grupo de 353 emprendedores culturales y sociales de todo el país que recibieron el conocimiento de diferentes países y emprendedores exitosos se convertirán ahora en embajadores de la Economía Naranja. Ellos socializarán la política y la oferta institucional de las 21 entidades que hoy trabajan articuladas en la materia, a todos los territorios. Este grupo de hombres y mujeres comprometidos y entusiasmados con los beneficios de esta estrategia realizarán, cada uno, 10 encuentros de socialización en sus regiones, de manera que logremos llegar a más de 100.000 colombianos en un año.
Hemos desembolsado un billón de pesos en créditos para el sector creativo, y destinado más de $819.000 millones en inversión, a través de 70 programas, planes y proyectos de Economía Naranja para impulsar el desarrollo social y económico de las comunidades.
La Economía Naranja es una oportunidad para los sectores del libro, la música, la cinematografía, las artes plásticas, escénicas y la animación. También para la moda, el desarrollo de la inteligencia artificial y de software; de patrimonio material e inmaterial, turismo cultural y, por supuesto, formación en artes, tecnología y nuevos medios.
Lo que hoy aplauden académicos en economía creativa, políticos, artistas, emprendedores, gestores culturales y empresarios de la región y el mundo como Howkins, Eva Hughes, Rebeca Grynspan y John Newbigin, entre otros, es que haya un país que está poniendo a la cultura en el centro de su agenda de desarrollo sostenible, y tenga gracias a esta decisión una estrategia integral de consolidación de todos sus ecosistemas creativos.
Prueba de ello es que en Medellín presentamos la cuarta convocatoria del Fondo Emprender Sena por $20.000 millones; anunciamos que Bogotá será la primera ciudad de Latinoamérica en recibir el Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco; también que en Medellín se realizarán los primeros ‘Urban Music Awards’; además, creamos la Red Nacional de Áreas de Desarrollo Naranja (ADN) y acompañamos a la Alcaldía de Bogotá a la presentación de una Guía Práctica para la creación de ADN o distritos creativos.
En definitiva, esta cumbre ratifica que en el primer año de gobierno cumplimos la meta en materia de Economía Naranja. Por eso, la realizaremos cada año como plataforma de balance de la política, para que el sector cultural se siga fortaleciendo y otros países vean cada vez más a Colombia y su diversidad cultural como un territorio referente de oportunidades.