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Las mujeres han llevado de lejos la peor parte de la crisis de desempleo ocasionada por la pandemia. En la población entre 25 y 54 años, por cada hombre que perdió su trabajo dos mujeres lo hicieron. Según cifras del Dane, las mujeres ocupadas pasaron de 9,03 millones en agosto de 2019 a 7,5 millones en agosto de este año. Esto implica una caída del 16%, muy por encima de los hombres (7%).
Esta problemática es mucho más angustiosa si nos comparamos con nuestros vecinos de la región. De acuerdo con un artículo del centro de pensamiento Razón Pública: “En ningún país de América del Sur hay tasas tan altas de desempleo femenino ni brechas tan grandes entre hombres y mujeres”.
Esto se explica en Colombia en gran medida debido a que una parte importante de las mujeres trabaja en los sectores más golpeados por las medidas de confinamiento adoptadas por el covid-19, como educación, belleza, gastronomía y confecciones, entre otros. Y es que un grueso de los empleos de mujeres que se perdieron se concentra en pequeños negocios como restaurantes y peluquerías.
En el contexto general de la coyuntura económica, nació en mayo el Programa de Apoyo al Empleo Formal (Paef) como una forma de aliviar las cargas laborales de las empresas más afectadas. Previamente a su creación, según Confecámaras, 85% de las empresas reportó no tener recursos para cubrir sus obligaciones y 54% de los empresarios esperaba disminuir su planta. En julio, 61% de las empresas presentó una disminución en el flujo de efectivo.
Teniendo en cuenta las dificultades de empleo de las mujeres, desde la Comisión para la Equidad de la Mujer y con ocasión de la prórroga del mecanismo de apoyo del Paef que hizo tránsito en el Congreso, se propuso aumentar el subsidio para aquellas empresas que empleen mujeres de manera que estas tuvieran 10% adicional que el subsidio para los empleados hombres.
Esta medida también aplica para todos los empleados, hombres y mujeres, de las empresas de los sectores: artístico, entretenimiento, hotelero, turístico y gastronómico, que de acuerdo con el Dane fueron las actividades que se vieron más afectadas por la pandemia. Subirán 10% su ingreso por empleado, aunque en honor a la verdad yo habría preferido esta medida en torno al tamaño de las empresas y no al sector, para enfocar en las Mipyme, quienes más lo necesitan.
Para las empresas de los demás sectores el subsidio se mantendrá en 40% de un salario mínimo. En las mejoras al Paef también quedó que la medida se extiende hasta marzo de 2021, que se puede recibir hasta 11 veces y se incluye a las cooperativas de trabajo y a los patrimonios autónomos como beneficiarios del subsidio.
Esta es una medida diferenciada para darle un respiro a las empresas de los sectores más afectados por la pandemia y para hacerle frente a las alarmantes cifras de desempleo femenino. Pero es, eso sí, apenas una gota de lo que se necesita para enfrentar la brecha en empleo de las mujeres, un paso en la dirección correcta. Esta medida demuestra que sí se puede incentivar el empleo femenino con este tipo de acciones.
A pesar de que este pequeño aumento en el subsidio hay que celebrarlo, la brecha amerita de acciones más agresivas para enfrentar las escandalosas cifras de desempleo y desocupación femenina.