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En medio de un acelerado cierre legislativo, el Gobierno expuso al Congreso el Marco Fiscal de Mediano Plazo (Mfmp), un documento que se presenta anualmente y que señala la hoja de ruta de la política fiscal para los próximos 10 años, así como un balance de la economía del año anterior.
En otras palabras, aquí se revela cuánto el país puede gastar, endeudarse y cuánto y cómo va recaudar por impuestos. De acuerdo con el ministro de Hacienda, José Manuel Restrepo, el Mfmp 2021 consiste en una estrategia en dos etapas que buscará garantizar una triada de soluciones para el país en lo económico, lo social y lo fiscal. Aquí les presento algunos puntos que podrían resultar polémicos y que vale la pena analizar detalladamente.
Primero, el proyecto de inversión social que presentará el Ministerio de Hacienda es mucho más ambicioso que una reforma tributaria normal. Este no solo busca obtener mayores fuentes de ingresos fiscales, sino que también dará direcciones sobre el gasto y buscará establecer principios y mecanismos que fortalezcan la regla fiscal. Esto último implicaría un amarre para el gasto público en el mediano plazo, lo cual se traduciría en menor inversión social como expresamente lo afirma el documento.
Segundo, las necesidades de financiamiento del Gobierno para 2021 y 2022 serían cubiertas con mayores desembolsos de deuda interna y externa, así como con otros recursos y depósitos de tesorería. Esto puede ser problemático por cuanto el nivel de endeudamiento del país continuará incrementando en el corto plazo.
Tercero, el aumento del nivel de endeudamiento del país puede ser visto con desconfianza por calificadoras de riesgo si no se ve un verdadero compromiso de ajuste fiscal en el mediano plazo. Esto es peligroso considerando que S&P Global Ratings rebajó a Colombia a grado especulativo en mayo, mientras que Fitch Ratings y Moody’s Investors Service aún mantienen al país en grado de inversión. Sin embargo, si estas últimas dos calificadoras consideran que es poco creíble el compromiso de ajuste fiscal del Gobierno pueden también decidir rebajar la calificación crediticia del país.
Cuarto, la pérdida de calificación crediticia de Colombia afectaría al país de diferentes formas, dentro de las que se resalta la restricción o encarecimiento del acceso al financiamiento externo no solo por parte de la Nación sino también por parte de las empresas y hogares.
El Mfmp establece que a partir de 2023 será necesario un ajuste fiscal adicional, lo que podría traducirse en una nueva reforma tributaria. Ahora bien, teniendo en cuenta que para este año el marco anuncia un cambio de estrategia enfocado en la austeridad, se avecina un escenario en que se reducirá expresamente la inversión social y simultáneamente se incrementarán los impuestos. Si esto no se maneja con cuidado puede detonar nuevamente las manifestaciones sociales.
No se puede dejar de lado el anuncio de recaudar, a través de la venta de activos de la Nación, $14 billones para el 2021 y $7,1 billones para el 2022, un tema que siempre resulta espinoso y que hay que evaluar con lupa.
Colombia necesita meterle acelerador a la reactivación económica, la recuperación del empleo y la reducción de la pobreza. Los desafíos del Mfmp no son menores.