.
Analistas 11/09/2024

Crédito para vivienda

Catalina Velasco Campuzano
Exministra de Vivienda, Ciudad y Territorio
La República Más

Hay que aplaudir el Pacto por el Crédito que hace unos días firmó el Gobierno Nacional con la banca de nuestro país, ejemplo de la buena gestión gremial que permite construir puentes. En materia de vivienda tal vez lo más importante de este Pacto es la generación de confianza, porque lejos de necesitar inversiones forzosas, la vivienda es un sector donde todas las partes -los constructores, los bancos y las familias- tienen el interés y la necesidad de impulsar el crédito. Se ven varias oportunidades interesantes.

El impulso del crédito hipotecario para compra de vivienda nueva tiene pavimentado el camino gracia a las actuales tasas de interés, casi la mitad de las que enfrentamos hace dos años. Teniendo el inmueble como garantía, en el crédito hipotecario hay margen para la flexibilización y la expansión, considerando que en 2022 y 2023 las exigencias para la aprobación de créditos se apretaron debido a variables macroeconómicas adversas, señales de deterioro en la cartera, y hay que decir también, las voces catastróficas de los constructores que impactaron negativamente el ambiente de su propio sector.

Para dinamizar la venta se ha propuesto subir el porcentaje de ingreso familiar que puede ser comprometido para el pago de la cuota hipotecaria de 30% a 40%, una medida positiva en el segmento no-vis, donde los hogares con mayores ingresos podrían contraer una deuda más alta o pagar más rápido un inmueble. Y para beneficiar a los hogares con menores ingresos, este es el momento de reformular el esquema de subsidios con el fin de profundizar la promoción de la vivienda VIP.

El crédito constructor funciona bien para proyectos de escala media y grande que impulsan empresas con trayectoria y robustez. Los ojos del sector financiero y del gobierno deberían estar puestos hoy en las pequeñas empresas constructoras, incluso aquellas de la economía popular, usando apalancamiento público y garantías por parte del Estado.

En este Pacto por el crédito también hay que reconocer e impulsar la preferencia de las familias por la compra de vivienda usada debido a que permite acceder a una mayor área y a una mejor localización. Debido a que no genera nuevas construcciones, esta modalidad no tiene quien la agencie, pero incentiva el ahorro y traslada el gasto del arrendamiento hacia la formación de patrimonio familiar.

Además de lo anterior, la novedad y el reto que formula este Pacto es el crédito para mejoramiento de vivienda. Cuatro millones de hogares en Colombia habitan construcciones precarias y también hay una oportunidad importante para hacer ampliaciones, reparaciones y remodelaciones de viviendas que hoy se encuentran en buenas condiciones de habitabilidad. Su impulso exige resolver dos cuellos de botella: la garantía del crédito y el alcance de la obra. Sobre este último aspecto tenemos desafíos como el origen informal de las construcciones, la falta de títulos y la sismorresistencia, que exigen revisar normas y buscar salidas para garantizar la calidad de las intervenciones que se realizan.

Conozca los beneficios exclusivos para
nuestros suscriptores

ACCEDA YA SUSCRÍBASE YA