Analistas 29/01/2025

Pateando la lonchera

César Mauricio Rodríguez Zárate
Teniente coronel (RP) PhD. Research Associate Leiden University

Vergüenza mundial. Torpeza, ingenuidad o como lo queramos llamar, el daño en prospectiva para Colombia, en materia comercial, política y de cooperación en seguridad se extenderá más allá del cruce de comunicados…quedamos en la cuerda floja. Con plena certeza vendrá una mayor depreciación del peso, un dólar más volátil sujeto al rigor de las decisiones que comenzó a aplicar el presidente Trump y en especial, a la respuesta y los resultados concretos que produzca Colombia en materia de migración ilegal y crimen organizado transnacional, prioridades del gobierno americano ¿Qué se nos viene?

El país terminó pagando un costo enorme no solo en su imagen ante el mundo, sino que quedó en evidencia la falta de cordura en el manejo actual de las relaciones exteriores y especialmente, de comprensión estratégica del momento económico global actual. El mundo está en medio de una guerra comercial entre Estados Unidos y China, con fuertes medidas proteccionistas, por ende, es temerario e imprudente aislarse y quedar excluido de los beneficios arancelarios con los grandes consumidores globales, en particular del que gozan más de 11.500 partidas y productos colombianos en el mercado norteamericano.

Más allá de los estragos sobre la economía y la pérdida del acceso a ese mercado con cero aranceles, el impacto social hubiera sido devastador por la pérdida potencial del empleo de un millón de familias que trabajan en los principales productos de exportación hacia ese país: flores, café, frutas, oro y aguacate, así como la quiebra de cientos de empresas. Como bien señaló el gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón, la tercera parte de los ingresos en dólares a este departamento, son producto del comercio con ese país.

Hoy día, el mercado es global y el espacio que dejan unos, rápidamente es ocupado por otros. En vísperas de la Copa Mundial de fútbol 2026, donde se incrementa el consumo de productos por la llegada de millones de turistas, una oportunidad de ese tipo no se puede perder por la imprudencia. Solo para el Super Bowl de febrero, se tiene negociado el envío de 6.500 toneladas de aguacate hass, cinco veces más que lo exportado en 2024 (1.300 tn.) lo que representa 61.000 empleos en Colombia.

Pero me permito, en consideración a miles de personas que guardan la ilusión de viajar a ese país, analizar también la realidad microeconómica y el impacto en el bolsillo de ese colombiano promedio. Aproximadamente 3.000 citas para visa se cancelaron entre lunes y martes, que le cuestan a una familia integrada por tres o cuatro personas que pretende viajar por turismo, entre derechos consulares, tiquetes y estadía en Bogotá para la entrevista, por lo menos 7 millones de pesos por grupo familiar.

No se justifica semejante perjuicio y la falta de empatía con miles de colombianos que adelantan este trámite. Ahora todos pagaremos los platos rotos, porque sin duda, en adelante, la evaluación de visas será mucho más estricta, exigente y restrictiva. Ahora bien, lo que viene en materia de seguridad es sumamente complejo, pues el tablero con las disidencias, el ELN y el Clan del Golfo, permanece inalterable; se siguen fortaleciendo y varias regiones están a punto de estallar producto de los enfrentamientos y la pérdida de control territorial.

La cooperación antidrogas está en vilo, ya que ante la vía libre que tienen estos grupos ilegales, los cultivos ilícitos seguirán creciendo, estando ad portas de una descertificación, que no ocurre desde el gobierno Samper. Esto significa la imposición de nuevas sanciones económicas y un freno a los recursos, retrocediendo ante el mundo, el reconocimiento por todo el esfuerzo en la lucha antidrogas de casi dos décadas. Ya Trump nos había advertido en 2017, durante su primer periodo presidencial.

La orden de congelar la cooperación que incluye la ayuda antinarcóticos, mantendrá gran parte de la flota aérea de la Fuerza Pública en tierra y paralizará los programas en materia de prevención, inteligencia e investigación, que sin duda, serán espacios que aprovecharán los ilegales.

Tristemente es el precio de la improvisación, de la destrucción de la capacidad técnica de las instituciones, de la falta de formación en el manejo de los asuntos del Estado y especialmente del desatino con nuestro principal socio estratégico no solo comercial, sino también en seguridad. Definitivamente, pateando la lonchera.

A manera de síntesis, de lo que no hay duda, es que hay un nuevo escenario global donde el resurgimiento de los valores democráticos, el libre mercado basado en la producción de capital, el orden y la seguridad, se imponen frente al discurso populista y un progresismo en decadencia moral e ideológica, producto de la falta de coherencia y ejecutorias, así como el mal ejemplo y escasa preparación de sus exponentes.

Para nuestros líderes indistintamente de su postura política, quienes tienen bajo su responsabilidad los destinos de la nación, de las instituciones y de donde dependen millones de familias, les pedimos sensatez en estos momentos decisivos de la nación. Prudencia en la comunicación, serenidad al momento de la decisión y mucha templanza especialmente en la acción, elementos esenciales de un buen líder, de un buen gobernante.