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El líder es líder no solo por su talento, sino porque tiene un gran equipo que trabaja de manera sincronizada y armoniosa para alcanzar los objetivos comunes. No en vano, dijo Michael Jordan: “el talento gana partidos, pero el trabajo en equipo y la inteligencia ganan campeonatos”.
Construir equipos de trabajo de alto rendimiento no es una tarea fácil. Algunas personas creen que tener a los mejores o las estrellas les garantiza el éxito, pero esto no es del todo cierto. El secreto está en construir equipos diversos, con diferentes roles, experiencias y tipos de inteligencia; pero, sobre todo, está en encontrar jugadores que estén dispuestos al trabajo colaborativo y que se adapten tanto entre ellos como a la organización.
Algunos líderes fallan porque confunden un grupo con un buen equipo de trabajo. La gran diferencia radica en que los equipos cuentan con una visión en la que todos comparten los objetivos a alcanzar, avanzan hacia la misma dirección y se comunican de manera exitosa para lograr los resultados de manera conjunta. En cambio, en los grupos, cada miembro trabaja de manera individual para alcanzar sus metas, las personas creen que pueden brillar más solas y poco o nada se preocupan por los demás.
En algunos casos, es posible trabajar en grupos, pero se pueden alcanzar mejores resultados cuando el líder promueve el trabajo en equipo. Por esta razón, comparto con ustedes algunas recomendaciones para construir estos equipos:
• Conocer a las personas con quienes trabaja: el líder debe conocer las competencias y capacidades de su equipo, para que de esta manera pueda aprovechar el potencial de cada una. Existen diferentes tests que pueden ayudar a identificar los roles de equipo. Por ejemplo, el investigador inglés Meredith Belbin desarrolló una teoría en la que incluye nueve tipos de roles. El éxito radica en contar con personas que desempeñen roles diversos y se complementen entre sí.
• Definir la misión del equipo: es importante que todos tengan claro hacia dónde caminar. Esta tarea viene acompañada de grandes habilidades de comunicación por parte del líder para lograr que todos estén alineados y bien informados.
• Asegurar los recursos para que el equipo pueda alcanzar los resultados: no hay nada más frustrante que desarrollar jornadas de creatividad o promover ideas innovadoras, pero tener que frenarlas porque no hay presupuesto para su ejecución. Esto puede desalentar al equipo. Es fundamental contar con los recursos tecnológicos, de infraestructura y financieros para respaldar las iniciativas del equipo.
• Definir la estructura: al ser un trabajo colectivo, es importante establecer algunas normas, reglas, tareas y responsabilidades claras. De esta manera, todos saben cómo trabajar o reaccionar en momentos de crisis, sin afectar el rendimiento del equipo.
• Finalmente, como lo he mencionado en diferentes columnas, el líder debe estar presente y acompañar al equipo siempre. Debe estar preparado para enfrentar cualquier circunstancia que pueda surgir, motivar y realizar ajustes cuando sea necesario.
El éxito del liderazgo no radica únicamente en la figura del líder. El liderazgo tiene éxito cuando hay un equipo de trabajo de alto rendimiento que comparte una visión y en el que el líder es capaz de sacar lo mejor de cada uno para alcanzar los resultados de la organización.