ANALISTAS 14/02/2025

Saber decir adiós

Claudia Dulce Romero
Directora sede principal Politécnico Internacional

El día a día de un líder está marcado por decisiones estratégicas, la resolución de crisis, el acompañamiento de su equipo y la materialización de proyectos clave para la organización. Algunas decisiones son relativamente sencillas, guiadas por la lógica y los datos; otras, en cambio, están impregnadas de emocionalidad, lo que hace que cada paso sea más complejo y desafiante.

Decidir cuándo dar un paso al costado y decir adiós es una de las decisiones más complejas. En el mundo corporativo, al igual que en lo personal, despedirse de un lugar donde se fue feliz o soltar a quienes contribuyeron a nuestro crecimiento requiere tiempo y reflexión. Se necesita sabiduría para irse en el momento justo, pero ¿cómo saber cuál es ese momento? ¿Cómo se mide algo así?

Jürgen Klopp, exjugador de fútbol y director técnico alemán, anunció a finales de enero de 2024 su retiro del Liverpool. Después de 24 años dedicados a su profesión y nueve en el equipo inglés, el técnico dijo, en una rueda de prensa, que había cumplido su ciclo y era momento de buscar una visión renovada para beneficio del club: “Te das cuenta de que no somos jóvenes. Ya no saltamos tan alto. Eso es así. Este equipo necesita un entrenador en su mejor versión y no sé si se lo puedo dar.”

El piloto Nico Rosberg también se despidió, en 2016, de una forma incluso más arriesgada: lo dejó de todo después de ganar el campeonato de la Fórmula 1, en la cima de su carrera. En ese entonces señaló: “Desde hace 25 años, éste ha sido mi sueño, mi obsesión: convertirme en campeón mundial de la Fórmula 1… A través del trabajo duro, el dolor, los sacrificios, este ha sido mi objetivo. Y ahora lo he conseguido. He escalado mi montaña, estoy en el pico, así que se siente bien”.

Los líderes como Klopp toman la decisión de decir adiós al final de su carrera, para darle paso a nuevas generaciones que lleven las organizaciones a otro nivel. Otros, como Rosberg, lo hacen cuando sienten que ya cumplieron su objetivo, dejan de lado el ego y se retiran con la tranquilidad del deber cumplido. En ambos casos, seguramente, la decisión fue tomada después de un proceso profundo de reflexión.

No existe una fórmula mágica para saber cuándo es el momento de irse, pero hay señales que pueden indicarlo. Es recomendable dar el paso cuando un líder sienta que su aporte ya no es el mismo, cuando su equipo ha perdido la confianza en él, o cuando su salud se ve afectada. También es momento de replantearse el camino si los propósitos personales y laborales han dejado de alinearse. Y, por supuesto, la razón que muchos anhelan: cuando surge una mejor oportunidad profesional en otro lugar.

Cada vez es más común que los líderes decidan irse cuando ya no son felices, no están satisfechos o no toleran ciertas situaciones. Sin embargo, no deberíamos esperar a llegar a ese punto. Lo ideal es decir adiós desde un lugar de tranquilidad, tomando la decisión por deseo y no por necesidad. Despedirse en el momento adecuado nos permite cerrar el ciclo con gratitud y con satisfacción.

Hoy, después de cerca de 10 años trabajando en la Universidad del Rosario, cierro un ciclo de aprendizajes y experiencias que me formaron personal y profesionalmente. Le digo adiós a mi casa, la que con amor me formó y me ayudó a convertirme en la mujer que hoy soy. Solo tengo palabras de agradecimiento por el acompañamiento y el recorrido alcanzado. Ahora, inicio una nueva etapa en el Politécnico Internacional, donde seguiré reflexionando sobre liderazgo y contribuyendo a la formación de jóvenes y adultos que buscan hacer realidad sus sueños a través de la empleabilidad y el emprendimiento.