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La semana pasada tuve la oportunidad de ser conferencista a la IX Asamblea de Personeros, donde tendrían lugar los comicios de la Federación Nacional de Personeros. Durante dos días se dialogó sobre los retos de migración y seguridad de los defensores de derechos humanos. Las cifras varían según la fuente, todas aterradoras. Según Indepaz un total de 701 líderes sociales y 135 excombatientes han sido asesinados desde la firma del acuerdo. Este año ya van más de 80.
El acuerdo de paz, siempre me ha generado sabores agridulces. Por un lado, Colombia nunca había tenido tasas de homicidios productos del conflicto tan bajas en toda su historia, pero cuando por un lado celebramos miles de vidas salvadas, por el otro, lloramos la muerte sistemática de líderes sociales y defensores de derechos humanos. Actores que muchas veces mueren por decir lo que muchos saben, pero nadie dice, denunciar actos de corrupción y por decir las verdades incomodas que nadie quiere oír.
Durante la asamblea, el presidente Duque, expuso su compromiso, y plan de trabajo para la protección de líderes sociales. Al finalizar su intervención, algunos de los personeros se mostraron inconformes con las medidas. Incluso, en un acto de protesta, uno de ellos le devolvió un chaleco antibalas, un botón de pánico y un celular que la UNP le había dado como medidas de protección. El encuentro, finalizó con un compromiso de las partes de estructurar una mesa de trabajo para profundizar las medidas y velar por la acción de los personeros en el territorio.
Posterior al encuentro, me quedaron muchas reflexiones. ¿Más escoltas, armas y camionetas blindadas serían la solución estructural al problema?. Según cifras oficiales del Gobierno a mayo de 2019 la UNP le brinda protección a 7.400 personas, de las cuales 4.500 son líderes sociales. Para 2019, la UNP cuenta con una partida presupuestal de $687.250 millones versus el Ministerio de Cultura que cuenta con $355.000 millones. El dato es preocupante e indígnate, el estado Colombiano debe invertir más en seguridad (medidas coyunturales) que en cultura (medidas estructurales). Proteger a los líderes sociales nos cuesta dos veces el presupuesto de Cultura. Para terminar de complejizar el problema, el Defensor del Pueblo recientemente mostró que existe un alza de 47% en los últimos 12 meses en amenazas a líderes sociales. Reportó que existen 983 personas en condición de riesgo de muerte. Si cada uno de ellos requiriera un esquema ‘básico’ de protección: una camioneta blindada, armamento y un escolta, cuyo costo aproximado es de $20 millones mensuales según cálculos de La República, en un ejercicio de aritmética básica, esto quiere decir que proteger a estos 983 líderes adicionales, costaría casi $20.000 millones al mes y $235.000 millones al año; el 70% de la asignación presupuestal de la Universidad Distrital.
Lo coyuntural nos ha hecho cometer los mismos errores que venimos cometiendo sistemáticamente desde la firma de nuestra carta política. Seguimos en eternas discusiones entre izquierda y derecha y hemos olvidado la deuda histórica con millones de colombianos que requieren atención inmediata. Seguimos gobernando el nivel central con miopía y desconocimiento de las necesidades territoriales. ¿Qué tal si nos obsesionamos como sociedad en llegar a donde nunca antes hemos llegado? La humanidad soñó algún día con llegar a la luna. Nuestro sueño debería ser conquistar nuestros territorios olvidados y consolidar nuestro estado social de derecho.