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Pensar en un mundo de papel y de archivos físicos puede ser un recuerdo lejano para algunos o una realidad desconocida para otros. Las dinámicas digitales hoy atraviesan la vida y el desempeño de profesionales en todas las áreas y sectores.
La tecnología no solo ha cambiado la forma en que nos relacionamos o cómo nos divertimos… ha cambiado la forma en que trabajamos y alcanzamos resultados, incluso en disciplinas no tan cercanas a los temas digitales como podrían ser los departamentos legales.
Hoy en día los equipos jurídicos se desenvuelven en un entorno digital, que los obliga a conocer las tecnologías y su potencial para mejorar la efectividad en la práctica del derecho. Las legaltech (tecnologías legales) abarcan una amplia gama de soluciones, desde la automatización de contratos y la gestión de documentos hasta la inteligencia artificial y el aprendizaje automático aplicados a la investigación jurídica y la resolución de disputas.
Las soluciones legales digitales también mejoran la accesibilidad, la transparencia, la eficiencia y la calidad de los servicios legales, lo que permite a los abogados enfocarse en asesorar a sus clientes. De acuerdo con cifras de la Asociación Colombiana de Legaltech, en Colombia existen cerca de 50 entidades del sector, entre bufetes de abogados y empresas afiliadas, que desarrollan o aplican herramientas tecnológicas relacionadas con asuntos legales.
Sin embargo, aunque la era digital viaje a alta velocidad, estos avances no deben tomarse como obligatorios por una moda ni como un camino para endosar a la tecnología lo que es inherente a la esencia del abogado. Esto significa que los equipos legales también deben, de forma permanente, desarrollar sus capacidades técnicas y conductuales: empatía, asertividad, liderazgo y olfato para leer los entornos regulatorios, entender las variables del negocio, las particularidades del mercado. Más allá de las tendencias digitales, lo que sí es indispensable, es contar con abogados que tengan un perfil integral.
No perdamos de vista que, si bien es un valor agregado digitalizar los procesos en pro de la eficiencia, lo que seguirá siendo esencial, es la búsqueda de un perfil integral, el entendimiento de las dinámicas competitivas, los números del negocio, el entendimiento estratégico del mercado y el criterio para orientar decisiones de distinta índole. Ese seguirá siendo el aporte estratégico del abogado en la empresa. La tecnología es un medio y no el fin.
Si a esas capacidades se suman las herramientas tecnológicas, los resultados en términos de eficiencia pueden ser muy favorables. Sin esas capacidades de nada sirven las tecnologías aplicadas a la práctica legal.
En Terpel buscamos facilitar el control y seguimiento de procesos legales, a través de un software que permite la trazabilidad del 100% del proceso de constitución, estudio y/o cancelación de garantías, así como de la revisión en más de un centenar de listas restrictivas de forma simultánea, para prevenir riesgos en materia de Laft y corrupción. También contamos con un software que agiliza la solicitud, revisión, firma y centralización de contratos. Así mismo, en temas de lavado de activos, estamos desarrollando un proyecto para realizar seguimientos detallados y en tiempo real del comportamiento de nuestros clientes que nos permita establecer señales de alerta y tomar medidas oportunas.
Al mismo tiempo fortalecemos el desarrollo de las capacidades para la apropiación de herramientas tecnológicas y adelantamos proyectos que buscan agilizar los procesos para que nuestros empleados puedan dedicar más tiempo a la generación de ideas que a las tareas operativas. Hemos entendido el valor estratégico de contar con un equipo legal integral, que además de tener conocimientos especializados optimiza su trabajo para brindar mayor eficiencia a través de la tecnología.
Las decisiones de inversión tecnológica impulsan la transformación digital del área legal que más que ser un fin en sí misma, es un medio para servir de manera más ágil y efectiva a los negocios, al mercado y a los consumidores. No es solo contar con herramientas digitales innovadoras y hacer los procesos más eficientes. Es necesario dotar de herramientas a los abogados para que puedan agregar mayor valor, tener una visión integral de la compañía y así enriquecer su criterio y gestión profesional. De esta forma los equipos legales podrán desempeñarse más como un aliado del negocio que como un proveedor de servicios.