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Que las redes sociales le han causado un grave daño a la democracia no es ningún secreto. Que las noticias falsas, el discurso de odio, la discriminación y las formas más oprobiosas de nacionalismo han florecido en estos espacios también lo sabemos todos. Y pese a ello, los gobiernos y congresistas están cruzados de brazos. No obstante, hay un país que parece estar dispuesto a enfrentarse a las gigantescas empresas de redes y a las otras empresas tecnológicas cuyo modelo de negocio depende de la generación de contenido por parte de terceros. La India considera que estas empresas le están causando una “perturbación inimaginable” a la democracia.
Hace dos días, el Ministerio de Electrónica y Tecnología de la Información señaló que para mediados de enero de 2020 presentará una serie de propuestas que buscan regular de una vez por todas a empresas como Facebook y Google. Esto con el fin de proteger la integridad, soberanía y seguridad del país.
El gobierno indio lleva varios años tratando de establecer algunas reglas para poner en cintura a las redes sociales, pero sin mucho éxito. Sin embargo, este nuevo intento es el más serio pues, dicen los expertos, forma parte de una disputa que mantiene Facebook contra Nueva Delhi. La empresa norteamericana demandó al gobierno para impedir que le introduzcan un código a su plataforma de WhatsApp, que cuenta con 400 millones de usuarios en el país asiático. El código le permitiría al gobierno saber de dónde proceden los mensajes que se escriben en WhatsApp.
Está por verse si el Ministerio logra salirse con la suya, ya que de aquí a enero habrá una presión brutal, no solo por parte de las empresas de redes, sino también por parte del gobierno de Donald Trump. Y es que hace unas semanas, Washington anunció que estaba estudiando promover un paquete proteccionista a sus empresas tecnológicas.
Pase lo que pase, India va a marcar un antes y un después en este interesante momento que se vive, en un mundo en el que somos cada vez más conscientes de las amenazas que representan las redes. Pareciera que ese creciente número de políticos que están dispuestos a ponerle una tranca a Facebook y a Google lo que necesitan es un empujón como el de la India. Señalaba la revista Forbes, hace unos meses, que la discusión no es si los gobiernos van a regular o no a las redes sociales. Eso lo da por descontado, sino qué tan profundas serán las intervenciones que harán.
En un reciente debate en la universidad de Georgetown, uno de los panelistas decía: el principal argumento de los defensores de las empresas de redes es que son lugares de debate público, como si fueran una plaza. Sin embargo, son plazas cuyos propietarios son unos multimillonarios que se benefician de ellas; gozan de las prebendas que tiene una plaza, pero no se comprometen a cuidar de ellas.
Es importante que estas discusiones se abran cada vez más. No hay que tomar posturas extremas, pero hay que llevar a que estas megacorporaciones comiencen a responsabilizarse del impacto que tienen sus operaciones en la ciudadanía. Con suerte, encontraremos un punto intermedio en el que seamos nosotros los beneficiados de un ecosistema digital menos dañino.
Pd: en esta recta final para la Alcaldía de Bogotá, qué bueno haber visto una contienda, de buenos candidatos y candidata, en la que no primó la guerra sucia.