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Un asunto crucial para resolver en América Latina es la situación de pobreza de una parte amplia de su población. El 30,5% de la población se encuentra en situación de pobreza, y de estos 11,3% en situación de pobreza extrema (Cepal, 2020)
La solución del problema se encuentra en implementar estrategias bien diferentes a las que hemos tenido como supuestos básicos de asistencia estatal en todo el continente. En 2019 les fue entregado el premio Nobel de Economía a Abhijit Banerjee, Esther Duflo y Michael Kremer, por sus estudios para aliviar la pobreza basados en experimentos controlados. Los dos primeros publicaron en 2011 un libro llamado “Repensar la pobreza, Un giro radical en la lucha contra la desigualdad global” (Banerjee and Duflo, 2011).
En su libro confrontan dos visiones: la propuesta de Jeffrey Sachs, asesor de Naciones Unidas, director del Earth Institute en la Universidad de Columbia de Nueva York quien propone dar bienes y recursos gratuitos que habiliten a las poblaciones para salir de las trampas de la pobreza y sugería un aporte global de US$195.000 millones hasta 2025 para atender los programas propuestos por el instituto.
Y la propuesta de William Easterly, experto en desarrollo quien fue asesor del Banco Mundial en el Centro para el Desarrollo Global y actual profesor de la Universidad de Nueva York, que en su libro En busca del crecimiento sostienen la ayuda hace más mal que bien, al disuadir a la gente de buscar soluciones propias, al corromper y socavar las instituciones locales y al crear un lobby formado por las ONG que tiende a perpetuarse.” Dice además “… la gente puede encontrar la solución a sus problemas sin necesidad de limosnas del extranjero ni de sus propios gobiernos.”
Lo más grave es que las propuestas en la agenda latinoamericana ni siquiera alcanzan el nivel de las propuestas del Earth Institute de proveer recursos productivos sino que están en el nivel más básico del asistencialismo: los subsidios. El asunto empeora con la intención generalizada de tener una renta básica para la población. Lo que pondría de acuerdo a ambos expertos, pues Sachs y Easterly concuerdan en que esta será una forma de perpetuar la pobreza y agravar las dependencias que vician las democracias.
La propuesta de Duflo y Banerjee es bien distinta: “…la forma más clara de responder a este tipo de preguntas consiste en imitar los ensayos aleatorios que se utilizan en medicina para evaluar la efectividad de los nuevos medicamentos.” Tal cual como la medicina se basa en la evidencia y la ingeniería se basa en la experimentación y las pruebas técnicas, lo que proponen es que sigamos el método científico y nos basemos en las evidencias para establecer lo que debe hacerse. No hay medicina ni ingeniería de izquierda, o derecha, o centro. Hay buena medicina y buena ingeniería. Esto invita a que hagamos buena economía, buen diseño de políticas públicas y buenos enfoques de como una sociedad supera la pobreza.DIEG
La propuesta se basa en construcción de capacidades y soluciones específicas que sean viables. “…es posible conseguir un avance muy significativo en la lucha contra el mayor problema del mundo mediante la acumulación de una serie de pequeños pasos, cada uno de ellos bien pensado, probado cuidadosamente y realizado con criterio.” La pobreza no se resuelve dando. Se resuelve construyendo.
