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O “Sensatez y Estabilidad” y “Atraso”. Son cuatro posibles escenarios de país en el que lo determinante irónicamente no es el gobierno electo, sino las decisiones de los “perdedores”. Le harán más daño al país las decisiones de esa mitad de colombianos que perdieron las elecciones, y que es en donde están los empresarios, los emprendedores, los inversionistas, las familias con alto nivel de consumo y las zonas geográficas de mayor dinamismo económico del país. Si esa mitad de Colombia se detiene, si corre toda junta al mismo lado del barco, volcaremos del barco, generaremos una “corrida” de autodestrucción y luego vendrá el “Colapso”.
La metodología para definir los escenarios es la de Schwartz. Imaginemos que construimos unos escenarios así. Se establecen las dos incertidumbres que determinan la evolución futura y se analizan las cuatro combinaciones resultantes. Las incertidumbres son: ¿Qué tan radicales serán las medidas del gobierno? Y ¿nivel de “cierre, venda y vámonos” de las familias?
El escenario de “Atraso” es el más probable. En este escenario el gobierno pretende ser radical, pero las familias se mantienen con prudencia. La economía pierde todo dinamismo y entramos en una dinámica de deterioro de empleo e ingresos. Al gobierno le va mal y la decepción de la gente es generalizada.
El escenario de “ Autodestrucción” está marcado por una corrida generalizada de las familias y muy específicamente en las regiones donde la votación mostraba como si fueran otro país: Antioquia y Santanderes.
En estas zonas se está expandiendo el empleo al más de 19% interanual. En Bogotá y Barranquilla solo 6% y 9%.
Los niveles de desempleo están por debajo de 11% y en la otra están por encima de 13% (Dane, mayo 2022). En una los jóvenes votaron por Petro, en la otra no. En una los jóvenes están esperando que les creen oportunidades, en la otra las están creando ellos mismos. Si esa Colombia se detiene y huye, tendremos problemas. A esa mitad de Colombia le tocará echarse al hombro la otra mitad mientras recobra la sensatez.
El escenario de “Colapso” es provocado desde la corrida de autodestrucción. Allí la pretensión de medidas radicales del gobierno genera el pánico y se entra a una situación en la que la democracia se fractura. Era la situación de Allende en Chile en 1973 o de Chávez en Venezuela en 2003. En ambos casos se dieron golpes militares. En uno se terminó en un régimen de derecha y en otro en una dictadura de izquierda.
En el escenario de “Sensatez y Estabilidad”, el gobierno es llevado por las circunstancias constitucionales a una línea de acción limitada. En impuestos encarará una clase media que se resistirá a que la conviertan en la “culpable” y la “pagadora”. La reforma tributaria será efectiva a partir de enero de 2023 y los recaudos serán para 2024. Un mundo real demasiado lento para atender una primera línea bastante decrépita. Reformar la salud requerirá cambiar una ley estatutaria con ocho debates. …eso no sale antes de dos años y además le puede salir al revés. En petróleo y energía ya cambió el discurso y dijo que los contratos de exploración vigentes siguen y que esperan que la bonanza de precios dure dos años. La transición está en marcha por decisiones de inversionistas privados y sabe que el gobierno ni tiene plata ni mucho que cambiar allí. Es decir, somos más riesgo los perdedores que los ganadores. Nos toca echarnos el país al hombro mientras esta generación madura.