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La gran amenaza para Colombia hoy es ser capturada por un proyecto criminal que llevó al poder al Pacto Histórico y que tiene a un capo con las riendas del Gobierno. Los grupos corruptos que se han enriquecido con la salud, los contratos de obras, el contrabando, las multas y licencias en movilidad, el alumbrado público, el narcotráfico, el servicio de aseo… Quieren anclarse en el poder.
La consulta propuesta por Petro va a ser utilizada para ese propósito. Preguntas como la anunciada por Sanguino: “¿Está de acuerdo con que se paguen más por horas extras y dominicales?”, llevan el veneno que fracturará y destruirá el país.
La amenaza permanente de los estados desde su origen ha sido la captura por parte de redes de crimen organizado. Tres tipos de redes son fatales; las redes de corrupción que se toman los ingresos del estado. Segundo, las redes que se toman las capacidades de control del Estado infiltrando los cuerpos de policía y aduanas para facilitar sus operaciones de contrabando y ventas ilegales. La tercera son las redes paramilitares para el control de territorios requeridos para los negocios ilegales de droga y minería.
Colombia padece de manera grave de estos tres fenómenos con un cuarto. Su vecino de frontera, Venezuela, ya es un Estado capturado por el crimen y que está actuando como aliado de las redes de criminales en el país.
Petro y su gobierno se debaten entre la corrupción, los yerros ideológicos y la ineptitud de sus cuadros. Se impuso la captura criminal del Pacto Histórico. La traición de Petro a su línea ideológica y la entrega total al proyecto criminal. El país lo ha visto en directo, transmitido por televisión. No valieron los llantos, las declaraciones de amor o las amenazas. Hemos quedado con un gabinete con más prontuario que capacidades de corregir el rumbo.
La coyuntura del país depende de dos acciones. La del Senado, que deberá sepultar las dos reformas destructoras de sociedad, laboral y salud, y lidiar con el riesgo populista de la consulta que propone Petro; y la de la Corte Suprema, que debe hacer marchar los procesos que tiene contra Benedetti.
El riesgo de los plebiscitos de “populismo laboral” está documentado. Lo han padecido desde los países europeos hasta los latinoamericanos. Italia en 2016, Francia en 2000, Suiza en 2014, Uruguay en 1992, Ecuador en 2023. Las rigideces y costos sociales tuvieron que ser revertidos para evitar mayores males. No podemos cometer los mismos errores y menos cuando son una estrategia de fractura social para capturar el país en un año de elecciones.
La segunda acción, la de la Corte, es fundamental, pues enfrentamos la situación de un país incapaz de defenderse de sus criminales. Consulten en internet “Procesos Judiciales de Armando Benedetti” y verán aparecer decenas de artículos en los últimos 15 años. Solo cito uno: “Estos son los siete procesos en contra de Armando Benedetti en la Corte Suprema de Justicia”. https://www.eltiempo.com/justicia/cortes/estos-son-los-siete-procesos-en-contra-de-armando-benedetti-en-la-corte-suprema-de-justicia-3424759
Se siente una profunda vergüenza institucional y democrática al ver a este personaje negociar los proyectos de ley en el Congreso y estar planeando la toma del poder con una ciudadanía que observa impotente porque la Corte no actúa.
En 2017 Colombia nos acogió con calor, color y cariño en el III Congreso de Editores, entonces escribí un artículo a Gabo que me gusta evocar en vísperas de nuestro ya VIII Congreso