ANALISTAS 07/04/2025

La desgracia de la Derecha

Diego Gómez
PhD, Director ECSIM

La Derecha, como ideología, tiene las mismas falencias de la Izquierda para interpretar la realidad. Se construye sobre miedos y creencias. El miedo central es al comunismo, a todo que suene a izquierda y cambio. Desde el miedo no se construye, difícilmente se preserva algo que irremediablemente la dinámica evolutiva va a cambiar. La restricción grave son las creencias, desde ellas no se piensa, simplemente se responde mecánicamente.

Quizá su mayor desgracia es que su única identidad es oponerse a la izquierda, y eso mezcla en una bolsa enfoques muy distintos solo asociados por esa causa común. El dominante es el conservadurismo, que enfatiza el orden, la tradición y la estabilidad social como pilares fundamentales de la sociedad.

Suele defender principios como la importancia de la religión y la moral tradicional en la vida pública. Edmund Burke (1729-1797) es considerado uno de los padres del pensamiento conservador. Burke criticó la radicalidad de la Revolución Francesa y defiende una evolución social basada en la tradición y la prudencia. Argumenta que el cambio debe ser gradual y que las instituciones no deben destruirse abruptamente, sino reformarse con base en la experiencia histórica.

Una tendencia derivada es el nacionalismo, que se centra en la identidad nacional y la soberanía, promoviendo la protección de la cultura y los intereses del país frente a influencias externas. Esta tendencia cae en un extremismo, el supremacismo racial, de género, étnico o religioso. Cualquiera de ellos o su mezcla está llevando a la polarización de sociedades.

Otra tendencia es el liberalismo clásico de Adam Smith y John Locke, que prioriza la libertad económica, la reducción del poder estatal, la protección de los derechos individuales y promueve la libre empresa y la propiedad privada. Surge como una oposición al poder absoluto de los monarcas y a las restricciones económicas impuestas por el mercantilismo.

Esta postura se resiste a acompañar las otras posiciones tradicionales de la derecha. Por estas razones la derecha se debate entre tendencias que terminan siendo irreconciliables. Un buen ejemplo es lo que ocurre con las extremas derechas y los partidos tradicionales en Francia, España y Alemania. Prefieren aliarse con los sociales demócratas. Otro ejemplo es la dura oposición que hacen medios como The Economist a la agenda del Maga de Trump.

En este contexto emerge lo que se ha llamado la nueva derecha que combina elementos del liberalismo económico con posturas conservadoras en lo social, articulando un enfoque híbrido que varía según el contexto político y cultural. No logra resolver la tensión entre liberalismo económico y conservadurismo moral. Esa fractura la representan hoy dos precandidatos de un mismo partido, Miguel Uribe y María Fernanda Cabal.

La desgracia de la Derecha es que sus posiciones ideologizadas están fracturando el mundo y menoscabando el orden liberal que se construyó luego de la posguerra. El ejemplo es la imposición unilateral de aranceles que hizo Trump. La peor desgracia es la personal, vivir con miedo al futuro en el mundo de los pesimistas, así difícil compaginar derecha y felicidad. Y el resultado de las ideologías es tener una sociedad polarizada entre los resentidos antisistema de la Izquierda y los desesperanzados y amargados de la Derecha.