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Todos los políticos: el presidente, los presidentes de gremios, los candidatos a todo, los jefes de los partidos, se unieron en coro a aplaudir el aumento del salario mínimo de 10,07% que lo lleva al simbólico $1 millón. Hay dos curiosas formas de renunciar a la inteligencia y la razón: hacer política y ser eso que llaman de izquierda. Se opta por privilegiar la aceptación y la opción de poder al análisis y la evidencia.
El problema real es que estamos en una sociedad dual. En un ejercicio simple de analítica de datos sobre la encuesta de hogares, el país se conforma en dos grupos, los que tienen empleo formal y los que no. El 53,1% de la población está en la informalidad (Reg Contributivo a Agosto 2021). Solo 16,3% de los ocupados devenga entre uno y 1,5 mínimos, 54,4% devenga menos de un mínimo y tiene un ingreso medio de $592.000.
La cota determinante de esta segregación social es el salario mínimo. Incluso el nombre nos delata lo ilusos que somos. La economía y la sociedad generan los mecanismos de ingreso que le son viables, y los salarios mínimos terminaron por ser una base desinstitucionalizante. El problema de nuestra sociedad no es el mínimo, es la informalidad, y la carencia de un sistema económico suficiente para integrar productiva e incluyentemente a toda la población.
El pretendido aumento se aplicará a un grupo específico de la población formal que ya no está en situación de pobreza ni de exclusión. Por efectos de diseño institucional aumentara los costos de todos los bienes, servicios, impuestos y tarifas que se han referenciado al Salario Minino Legal Mensual, y marcara un nivel de expectativa estructural de inflación para el siguiente año. Los informales, verán subir todos sus costos de vida sin que su ingreso aumente a la par del mínimo, vera también que las posibilidades de entrar al grupo de los formales cada día se distancian más, pues la cota del mínimo crece más rápido que sus ingresos y que los índices generales de precios.
Los estudios del comportamiento y las medidas sobre el salario mínimo en Colombia son amplios y detallados, investigadores del Banco de la República las han analizado desde diferentes enfoques: el salario mínimo es un arreglo institucional que desconoce la inflexibilidad de la estructura del mercado laboral (Arango et al 2008), desconoce la particularidad de las regiones y actividades económicas (Galvis, 2011), los niveles dispares de informalidad en las regiones complejizan la definición técnica de la cota del mínimo (Arango 2017), aumentos tanto en los costos no salariales como en el salario mínimo disminuyen los salarios de todos los trabajadores (Mondragón-Vélez, Peña y Wills, 2012) y esto se mantiene tanto para el sector formal como informal. Un aumento del salario mínimo en 10% generaría un aumento de 1,44% de los precios al consumo, reflejando una pérdida neta para los colombianos de 0,73% (Posso, 2010).
Requerimos para superar la estructura dual de la sociedad, un nuevo arreglo institucional que permita la generación de empleo incluyente y productivo. Necesitamos en términos técnicos el doble de empresas formales y esto solo lo logramos con un modelo de economía y sociedad pro empresarista en la cual esos 711.000 colombianos empleadores, 3,25% de la población ocupada, puedan desplegar todo su potencial transformador y constructor de sociedad.
REFERENCIAS
Luis Eduardo Arango & Paula Herrera & Carlos Esteban Posada. (2008). El salario mínimo: aspectos generales sobre los casos de Colombia y otros países. Revista ESPE - Ensayos sobre Política Económica, Banco de la República de Colombia, vol. 26(56), pages 204-263, June. https://repositorio.banrep.gov.co/handle/20.500.12134/6381
Miguel Urrutia & Mauricio Ruiz. (2010). Ciento setenta años de salarios reales en Colombia. Revista ESPE - Ensayos Sobre Política Económica, Banco de la República - ESPE, vol. 28(63), pages 154-189, December.
Galvis Luis Armando. (2011). Convergencia regional de salarios en Colombia. Análisis de política económica. Pág.921-950.
Luis E. Arango & Luz A. Flórez. (2017). Informalidad laboral y elementos para un salario mínimo diferencial por regiones en Colombia. Borradores de Economía 1023, Banco de la República de Colombia.
Mondragón Vélez, Camilo & Peña, Ximena & Wills, Daniel. (2012). Rigideces laborales y salarios en los sectores formal e informal en Colombia. Chapters, in: Arango-Thomas, Luis Eduardo & Hamann-Salcedo, Franz Alonso (ed.), El mercado de trabajo en Colombia : hechos, tendencias e instituciones, chapter 15, pages 631-671, Banco de la República de Colombia.
Christian Manuel Posso Suárez. (2010). Incrementos del Salario Mínimo Legal: un Análisis de los Costos y Beneficios sobre los Hogares colombianos en el año 2006. BORRADORES DE ECONOMíA 006890, BANCO DE LA REPÚBLICA.