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Luego de los resultados en las elecciones regionales de gobernaciones, alcaldías, concejos y asambleas, con una amplia y diciente mayoría de oposición al actual Gobierno, es importante resaltar lo evidenciado en una encuesta que muestra una tendencia que marcó las decisiones de votación en el país. Es la encuesta del “Octavo estudio de percepción de jóvenes” liderada por la Universidad el Rosario, Hanns Seidel Stiftung y El Tiempo, realizada por Cifras y Conceptos.
En ella se muestra una ola de centro derecha entre los jóvenes que marca un cambio radical en las preferencias políticas. En mayo de 2021, 7% de los jóvenes se consideraba en una posición ideológica de derecha y 28% se consideraba de izquierda. En octubre de 2023, 37% se consideraba de derecha, 19% de izquierda y quienes se consideraban de centro pasaron de 65% a 44%. El cambio profundo en las preferencias se ha dado en el último año.
En varias ciudades se hizo evidente un cambio radical de los votantes. Bogotá es una buena expresión de esta tendencia y la izquierda quedó reducida a un tercer nivel de preferencia de los votantes. En Cali los resultados son aún más relevantes pues ha sido el bastión de aceptación del Gobierno. Allí la izquierda quedó totalmente relegada e incluso no logró articular una opción desde el Pacto Histórico.
El caso de Medellín elocuente de lo que podrá suceder en las elecciones de Congreso en dos años. El triunfo de Federico Gutiérrez se daba por descontado luego de una reacción ciudadana en contra de la corrupción y mal gobierno que se había dado en la ciudad. Luego de que el alcalde anterior fuera elegido por voto de opinión, esa administración se fue por el mismo fenómeno por el que llegó, una enorme ola de opinión que arrasó con su proyecto político.
Pero la transformación de fondo no fue solo esta. Fue en la composición del Concejo de la ciudad. El movimiento de Federico Gutiérrez quedó con siete de los 21 concejales, el Centro Democrático con cinco y movimientos afines a la candidatura con al menos cuatro más. Los movimientos afines a la anterior administración y al petrismo se quemaron o quedaron con solo un concejal. Se renovaron 18 de los 21 concejales.
Algo similar ocurrió a nivel de Gobernación de Antioquia. El candidato del petrismo fue también ampliamente vencido no obstante las maquinarias municipales de congresistas conservadores y liberales afectos al actual Gobierno Nacional, que movió sus fichas con coaliciones que solo lograron afirmar lo que los votantes querían rechazar.
En las próximas elecciones presidenciales es muy factible que se presente un movimiento masivo en contra del actual Gobierno y todo lo que lo represente. La ola de opinión que acompañó a Petro y que llevó una amplia representación del Pacto Histórico será cambiada por una ola que arrasará con los actuales congresistas y partidos que sean asimilados como los aliados de un gobierno que los votantes identifican con corrupción, ineptitud, y radicalismo ideológico, que están llevando al país y a la economía a una situación de crisis social y de inseguridad ciudadana.