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Este Gobierno está haciendo daño en un frente en el que, en medio de las discusiones internas, no nos percatamos: las relaciones internacionales. Rodrigo Botero, fundador de Fedesarrollo, en sus columnas en los últimos 20 años ha llamado la atención insistentemente sobre este tema.
En su columna “Sobre política exterior” en marzo 2 de 2023 señala: “Una peculiaridad nacional es la poca importancia que se les presta a los temas internacionales en el debate público.” “También es el reflejo de la visión del mundo originada en una ciudad capital, a 2.600 metros de altura sobre el nivel del mar y a centenares de kilómetros de distancia del agua salada, a pesar de la condición de Nación bioceánica.” (1)
Ha señalado el Dr. Botero de manera insistente que no obstante lo anterior, la política exterior de Colombia en el último siglo ha sido estar con la democracia liberal occidental y el cumplimiento del derecho internacional. En la columna del 13 de abril “Apoyar a Ucrania” señala: “Declararse indiferente entre el agresor y su víctima equivale a apoyar al agresor. Adoptar una actitud de neutralidad en este conflicto es una forma solapada de apoyar a Rusia.” “La guerra contra Ucrania es una guerra contra Occidente.” (2)
La visita de Petro a España fue desafortunada y dañina. En la entrevista con Pepa Bueno en el diario El País de España, ante las preguntas sobre la invasión a Ucrania este pretendió justificar y excusar a Rusia. La periodista reaccionó como europea y pregunto: ¿Pero los europeos no hemos invadido? Tenemos una guerra en nuestro suelo y un país que nos pide ayuda. ¿Hay que dar ayuda a un país vecino y al que invaden? Petro respondió: “No estoy muy seguro de esa afirmación de que Europa no ha invadido. Europa se ha escudado en la Otan, pero a través de la Otan ha invadido. ¿Por qué es buena la invasión a Libia y es mala la invasión de los rusos a Ucrania?” (3)
Esta respuesta en un continente que se ha unido en su apoyo a Ucrania y a la defensa de los principios del derecho internacional fue recibida como una afrenta directa a los principios que han construido la Unión Europea luego de siglos de guerras internas. A eso se unió el que Petro se presenta del lado de los gobiernos de Cuba, Venezuela y Nicaragua, como si su rol fuera ser el canciller de la indignidad latinoamericana.
Señala Botero en su columna de marzo “Un cambio en la política exterior colombiana, cuyas ventajas para el interés nacional no son evidentes, es el abandono por parte del Gobierno del principio de no intervención en asuntos internos de las naciones amigas.”
El fracaso de la reunión citada para este miércoles -10 de mayo- de la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores deja inquietudes. Los expresidentes que pertenecen a esta comisión deberían dejar que la posición de este Gobierno no representa la trayectoria de la política exterior del país. La posición de Petro no representa ni a la sociedad civil ni la institucionalidad económica y empresarial que requiere de unas relaciones sólidas con la economía y la democracia liberal de occidente.