MI SELECCIÓN DE NOTICIAS
Noticias personalizadas, de acuerdo a sus temas de interés
El problema estructural central de las sociedades colombiana y latinoamericana es la incapacidad de crecer y transformarse. En los últimos 70 años Colombia creció en promedio menos de 4% mientras que Corea lo hizo a más de 7%. El efecto acumulado implica que Colombia creció 15 veces su PIB, y Corea multiplicó por 114. La falla profunda del antiempresarismo nos está ahogando.
¿Por qué tenemos crecimientos tan bajos? Hausmann y Rodrik (2004) propusieron un procedimiento base para diagnosticar el crecimiento, centrado en determinar las restricciones para generar inversión agregada en la economía. Yendo un paso más adelante con un modelo dinámico de simulación del crecimiento (Gómez et al, 2023) se observa cómo la inversión está determinada por la cantidad de proyectos empresariales que sean viables. Es decir, son las restricciones que afectan la viabilidad de los proyectos de inversión las que limitan la formación bruta de capital. Países donde los proyectos no son rentables, no emprenden, no innovan, no aprenden, se estancan en la pobreza y la exclusión.
La identificación de las restricciones se hace recorriendo el Estado de Pérdidas y Ganancias de abajo a arriba. Los altos impuestos es la mayor causa de que no haya rentabilidad suficiente y por eso no haya ni inversión ni crecimiento. Un país que tenga impuestos del 35% a las ganancias necesariamente tendrá muchos menos proyectos de inversión que uno en el que sean inferiores a 20%.
Siguen los costos de la financiación derivados de tasas, plazos, garantías de la inversión. Un país con alta inflación, falta de seguridad jurídica, bajas tasas de ahorro, no tiene cómo generar las facilidades de financiación de los proyectos que le generen crecimiento.
Luego están los costos logísticos con las restricciones de infraestructura y costos de combustible. Y arriba está la rentabilidad bruta derivada de costos laborales, energía, materias primas importadas y locales. Esto configura una Tasa Interna de Retorno (TIR) implícita en cada país y en Colombia esta es muy baja. En términos empíricos, es por esta razón que Nutresa se trasformó montando una plataforma global de producción con 85 plantas en todo el mundo. No en Colombia. Y lo mismo ocurre con Corona, Argos, Orbis y muchas otras empresas.
Esto deriva en una sociedad con baja capacidad empresarial y por ello de generación de bienestar, bajo ingreso per cápita, baja productividad por trabajador, baja Productividad Total de los Factores, PTF. Todos estos índices tienen un “numerador” común: el valor de lo producido. Este solo se trasforma aprendiendo a hacer cosas de mayor complejidad, esto es, innovando, y solo ocurre trasformando las empresas existentes y creando nuevas. La empresa es el eje de la construcción de un tejido social incluyente.
Hemos armado este entramado de inviabilidad por una visión antiempresarial. La tarea concreta es: bajar impuestos a las empresas a menos de 20%, reducir los costos de energía y combustibles permitiendo la formación de oferta competitiva y confiable en el largo plazo, eliminar los aranceles a todos los insumos y bienes de capital, trasformar el sistema financiero y la regulación facilitando la reducción de intereses, la ampliación de plazos y la estructuración de garantías que faciliten la innovación y el emprendimiento, reducir los tramites y regulaciones que agobian a los emprendedores y hacen fracasar sus empresas, modernizar la legislación laboral, modernizar la formación de capital humano.