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Hace pocas semanas la revista Time celebró su primer siglo de existencia. En la primera página de esta publicación estadounidense fundada en 1923 por Briton Hadden y Henry Luce, siempre han estado presentes los personajes más influyentes e importantes de la historia, en distintos momentos. Wiston Churchill, Adolf Hitler, Juan Pablo II y Mark Zuckerberg, solo para citar a algunos ejemplos.
Les cuento que fue enorme mi sorpresa cuando el martes pasado vi en ese espacio al reguetonero puertorriqueño, Bad Bunny, y no sólo era su foto, sino que el título y el sumario estaban en español, en una revista anglo que a lo largo de un siglo de ediciones ha rechazado tener publicaciones en otros idiomas. ¿Qué hay detrás de todo este boom? Me atrevo a decir que atravesamos por una verdadera fiebre de música en español, que no viene sola, también está acompañada por un puñado de empresarios colombianos especializados en el entretenimiento, quienes le han apostado a hacer festivales y conciertos, tal como ocurre en países desarrollados o del primer mundo.
Lo llamaré el “efecto de Bad Bunny”, porque no solamente ha sido primero en estar en los listados musicales de todo el mundo, sino que será el primer cantante latino en ser headliner de uno de los festivales más grandes de Estados Unidos, Coachella. Y les puedo apostar que ninguno de ustedes se salva de no tener al menos una canción en su playlist o en la banda sonora de sus vidas del “conejo malo”. Durante los últimos años el puertorriqueño fue el artista más escuchado en Spotify y como si no fuera suficiente, estuvo en una película con Brad Pitt y hará parte del próximo spinnoff de Spider-Man de Sony/Marvel.
Una realidad que no se puede negar: los jóvenes estamos cantando en español como nunca antes lo habíamos hecho y el mundo nos está siguiendo. ¿Se les pasó por la cabeza hace una década que artistas internacionales de la talla de Billie Eilish, Drake o Dua Lipa vendrían a nuestro país? Hay empresarios del mundo del espectáculo que encontraron esa oportunidad de negocio apostándole a conciertos y festivales. Estéreo Picnic es líder en Latinoamérica al lado de Lollapalooza en Argentina, y han desarrollado un sector atractivo, antes llamado economía naranja, que aporta casi 3% del PIB.
Ojalá el sector del entretenimiento colombiano caiga en cuenta que en la fiebre de música en español los colombianos están aportando una buena cantidad de canciones, producciones, videos y espectáculos, no sólo a través de artistas como Shakira, J Balvin, Manuel Turizo, Camilo, Yatra, Feid y por supuesto, Karol G, sino como un enorme mercado. Es una selección de grandes cantantes que hacen hablar al mundo en español y un auténtico producto de exportación que borra los estereotipos de siempre. Simple: ¡el reggaetón está haciendo país! Así no le guste las letras y la iconografía de sus temas, está poniendo a Colombia en un escenario globalizado. ¿Que bonito, no les parece?
Clave darse cuenta de lo que está sucediendo, sin dormirse ni confiarse. Hay que aprovechar este fenómeno, este camino que se nos ha abierto. Lo valioso no es sólo llegar, sino mantenerse. Es cierto que el reggaetón le compite de tú a tú al K-Pop coreano, al pop latino o el country estadounidense, lo importante es interpretar que las modas y las tendencias cambian. Lo que era cool, hace unas semanas, ahora no es tan chévere