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Hace poco estuve rodeada de empresarios, emprendedores, banqueros, expertos financieros y protagonistas del universo fintech, un mundo inédito para mí que no deja de sorprenderme. Pude entender mucho mejor el sistema financiero colombiano, los retos, las posibilidades, la amenazas y sus vacíos, pero lo más importante es que todos sus actores están enfocados en hacer todo lo posible para que las brechas que existen dentro del ecosistema financiero se puedan ir cerrando.
Es imprescindible priorizar la inclusión financiera, más sabiendo lo que nos depara el futuro lleno de tecnología e innovación. No nos podemos quedar atrás y mucho menos dejar a nadie por fuera. El reto de una Colombia más moderna tiene que ver con los bancos y su modernización, sus líderes, y por supuesto, los cuenta-habientes, quienes son la verdadera carne de un sistema fundamental para el progreso de Colombia. Sin bancos modernos, eficientes, innovadores, no hay futuro.
Entender que la tecnología es nuestra aliada y no un competidor, mucho menos una invasora, es indispensable. La tecnología no está de paso, es un jugador que ha llegado para quedarse y sigue evolucionando cada día. La inteligencia artificial también que ha llegado para abrirnos la mente, las posibilidades de negocios, de expansión, de efectividad, para retarnos. Pronto será parte de todos los aspectos de nuestras vidas, incluyendo el financiero, hay que prepararse.
Cada vez más, los documentos físicos se van desmaterializando: diplomas, certificados, tarjetas bancarias y por supuesto la misma cédula de ciudadanía. En India, la mayoría de las personas tienen su identidad digital, lo que nos muestra que hacia allí vamos todos los países. Nuestra identidad digital es hoy sumamente importante y hay que adelantarse a una situación inminente, afinar la visión, entender para dónde vamos y en lugar de renegar, planear estratégicamente nuestras ideas, sueños, negocios.
¿Cuántos de los lectores no han soñado con una idea millonaria? ¿Con tener su propio negocio? ¿Cuántos no han tenido uno de esos momentos en los que están motivados y se arriesgarían a dejarlo todo, tomar el riesgo y apostar por sus sueños? Pues siempre vale la pena intentarlo. Suena a cliché, pero la vida es ahora, está pasando.
Uno de los grandes empresarios, antes pequeño emprendedor, al llamado Camp de Asobancaria, evento al que tuve la oportunidad de asistir, recomendaba pasar rápido de la idea a la acción. Aterrizar ese momento de inspiración y no esperar años y años para trabajarlo. La mayoría de las personas se paralizan, puede darles miedo, se llenan de temores y jamás se atreven a intentarlo. No es tan difícil, pero se necesita valentía, cabeza y estrategia. Entender el mundo, encontrar aliados, identificar un problema común, saber comunicar su idea al mundo y usar las plataformas digitales, las nuevas posibilidades tecnológicas.
Hay que tomar riesgos, abandonar la zona de confort, asumir retos. Los sueños siempre estarán presentes en las personas que triunfan, y siempre que los logran, dan el mismo consejo: intentarlo ahora, manos a la obra, sin esperar el mañana. Es duro cambiar de rutina, de ingresos, de modelos de trabajo, pero es lo que hay que hacer en un mundo laboral que rápidamente se vuelve obsoleto.