Qué hacer con los días oscuros

Me afecta mucho que en este momento se estén librando dos guerras: la de Rusia contra Ucrania y la de Israel contra Palestina, que así no lo queramos son situaciones que nos generan miedo, incertidumbre, preocupación y sentimientos encontrados, en pocas palabras, vivimos días oscuros. Pasemos por alto en este caso, en concreto, las implicaciones geopolíticas y económicas de los conflictos internacionales para concentrarnos en el estado anímico de las personas cuando pasan por malos momentos. No podemos negarlo: vemos morir mucha gente en esos conflictos y eso tiene consecuencias en las personas, así veamos lejano el sufrimiento humano en toda su expresión. ¿Qué hacer en estos días oscuros? ¿Hay un manual para lo que sobrevino?

Para quienes trabajamos en los medios de comunicación, las cosas que pasan en el mundo nos afectan. Las noticias duras de guerras siempre dejan secuelas, insisto, así estemos al otro lado del mundo. Les confieso que me pone mal oír, ver y leer que hay muertos por miles, incluyendo niños, mujeres y ancianos, para muchos daños colaterales de conflictos históricos que los dirigentes de esos países o regiones no han sabido resolver y siempre la llamada población civil paga el precio más caro, sus vidas.

Los últimos días oscuros que viví, recuerdo fueron durante la pandemia, en esos momentos sentí desesperanza, miedo al futuro e inseguridad, ahora así el conflicto sea lejano y no me toque en lo personal, las redes nos bombardean con informaciones del drama humano, podemos seguir en tiempo real los enfrentamientos. La información se ha vuelto sensorial, me duelen las imágenes de muerte y destrucción.

Estas cosas me llevan a pensar que nos quejamos más de lo que deberíamos de pequeñas circunstancias de nuestra cotidianidad que no valoramos, como un trancón, un desacuerdo con compañeros o jefes en la oficina e incluso un “mal almuerzo”, así vivamos en un país como Colombia y no seamos consientes de lo que están enfrentando en este momento israelíes y palestinos. Hay que valorar lo que tenemos y que en ocasiones damos por sentado. Debemos valorar una vida simple sin muchas complicaciones.

Me imagino que siempre habrá días oscuros, llenos de incertidumbre y desesperanza, la diferencia está en cómo los enfrentamos. Lo primero es que no podemos ser indiferentes, ni ocultar lo que está pasando en el mundo, pero no debemos dejarnos absorber por las malas noticias. Ser empáticos pero no enfermizos con el contexto internacional. Siempre habrá un futuro mejor, hay que desconectarte de las redes sociales, de vez en cuando, salir a la naturaleza, estar con los seres queridos, y sobretodo, escuchar música. Cuando pones una canción que te gusta hay desconexión y construcción de tranquilidad al mismo tiempo. No dejarse llevar de los días oscuros es fundamental para progresar y no quedarse paralizados simplemente porque vivimos un mundo raro, extraño y cambiante. Los días oscuros son los óptimos para retarnos, movernos, proponer, construir, es decir, enfrentar lo aparentemente malo. Nada genera más ansiedad que la incertidumbre, cada uno debe entender los conflictos y sacar sus propias conclusiones, construir criterios y opiniones propias. La vida sigue.